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Medicos de Vithas advierten del tiempo de juego con dispositivos electrónicos en niños y adolescentes

Expertos de Vithas han alertado de que el tiempo de juego con dispositivos electrónicos en niños y adolescentes es superior a cinco horas y media por día. El uso prolongado puede causar adicción y dependencia, además de cefaleas, irritación, dolor ocular y ansiedad.

Uno de los cambios en el estilo de vida provocados por la pandemia ha sido el aumento de horas que los niños y adolescentes hacen de los dispositivos electrónicos y, sobre todo, de los juegos online. «El tiempo de juego online aumenta; las circunstancias actuales impiden a los niños y adolescentes mantener relaciones sociales más personales debido a la actual circunstancia de la COVID-19», expone la doctora Marina Romero, coordinadora de psiquiatría infantil de Vithas Málaga.

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Antes de la cuarentena, «solo el 15% de los niños españoles usaban estos dispositivos más de 90 minutos al día; durante el confinamiento ese porcentaje ha subido al 73%», ha detallado.

La Organización Mundial de la Salud incluyó oficialmente los videojuegos como trastorno la adicción en 2019, y especificaba que el exceso de tiempo dedicado a los dispositivos electrónicos se asocia a una disminución de la actividad física y a un riesgo real de adicción a las nuevas tecnologías en niños y adolescentes ya que el tiempo de juego con dispositivos electrónicos en niños y adolescentes es superior a cinco horas y media por día, han indicado desde Vithas en un comunicado.

La doctora Romero y la psicóloga María Cóndor han explicado cuál es el tiempo recomendado según la franja de edad para evitar un problema de adicción.

En este sentido, han precisado que «en el caso de los niños menores de dos años, la OMS dicta que se les debe mantener alejados de cualquier tipo de pantalla». «Durante estos primeros años el cerebro del niño se desarrolla más rápidamente que en cualquier otra época de la vida, por lo que resulta fundamental que en todo momento los bebés se relacionen e interactúen con las personas de su entorno y no con una pantalla», han agregado.

Por su parte, para los niños entre dos y cinco años, las recomendaciones cambian ligeramente. A esta edad ya es permisible que los niños interactúen con una pantalla, no obstante, tienen que hacerlo como máximo 30 minutos al día y siempre en compañía de un adulto. Los contenidos del celular o de la tableta deben ser propios para su edad, de preferencia educativos.

«Esto último servirá para que el niño aprenda que estos dispositivos son herramientas útiles para su formación y no sólo medios de entretenimiento», han añadido la psicóloga.

Según el informe de la OMS, los niños de seis a 12 años pueden pasar entre una y dos horas con una tableta o un teléfono móvil, y aunque parezca que es un tiempo muy reducido, hay razones importantes para seguir manteniendo bajo control el uso que hacen de estos aparatos.

Lo más importante es que los niños de estas edades deben dedicar la mayor parte de su tiempo a las actividades físicas, a convivir y jugar con los niños de su edad. «De esta forma su desarrollo del niño será adecuado ya que tendrá más oportunidades de aprendizaje en todas las áreas , como, por ejemplo, en una de las más importantes como son las relaciones interpersonales, motoras y de comunicación», ha precisado la psicóloga.

A partir de los 12 años, el tiempo que pueden pasar los niños frente a una pantalla puede aumentarse, sin embargo, lo recomendable es que se mantenga en un límite de dos horas. Como aconseja la psicóloga, «no se debe sobrepasar este límite porque podría generar cierta dependencia que impida otras actividades al aire libre y además, podría afectar al rendimiento escolar o al desarrollo de las habilidades sociales».

Para estar alerta y reconocer esta adicción en niños y adolescentes desde el servicio de psiquiatría infantil dan unas pautas a tener en cuenta y detectar con antelación un posible problema.

Cóndor ha incidido en que «un niño que no habla, que no se relaciona durante el rato que está frente al dispositivo, que mantiene sus ojos pegados a la pantalla y que no quiere jugar a nada es un niño aislado», al tiempo que ha asegurado que «hay que poner unos límites y sobre todo supervisar qué ve el menor y a qué contenido tiene acceso».

Por otro lado, ha continuado, «un menor que no juega con otros niños, que no hace deporte y que pasa todo su tiempo de ocio encerrado en casa jugando con dispositivos es un niño con un riesgo muy alto de padecer sobrepeso y problemas posturales que no reconoce las horas que está jugando y miente sobre las mismas a sus padres o amigos, enfadándose si se le recrimina», ha concluido Cóndor.

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