Una calavera que fue trepanada para la extirpación de un tumor cerebral datado entre el 3000 y 2001 Antes de Nuestra Era es la ‘Pieza del mes’. Un cráneo trepanado datado entre el 3000 y 2001 antes de nuestra era, ‘Pieza del mes’ del Museo Arqueológico de Almería. Desde este martes exhibe el Museo Arqueológico de Almería bajo el lema ‘Cuando el cráneo habla’.
Un cráneo trepanado datado entre el 3000 y 2001 antes de nuestra era, ‘Pieza del mes’ del Museo Arqueológico de Almería
El delegado territorial de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte, Juan José Alonso, ha destacado la singularidad de este elemento puesto que «es muy escasa la presencia de cráneos con evidencias de trepanaciones», según ha trasladado en una nota tras la presentación junto a la directora del museo, Tania Fábrega, y la psiquiatra Rocío Torrecilla.
La trepanación se considera como la maniobra de perforación de una parte concreta del cráneo y puede ser con la persona viva o en un cadáver. Según la psiquiatra del Hospital de Jerez y profesora de la Universidad de Cádiz, que ha elaborado el texto del panel explicativo que se muestra junto al cráneo, «esta práctica es considerada como una de las primeras intervenciones quirúrgicas que se han dado en la historia de la humanidad» y la misma se utilizaba «tanto para enfermedades físicas como mentales o místicas».
Con esta pieza, se pretende hacer una revisión sobre las teorías «médicas» de la trepanación y la evolución de la salud mental. Torrecilla ha explicado que cuando se trata de la motivación detrás de las antiguas prácticas de trepanación, «hay más preguntas que respuestas» así como «diferentes teorías explicativas de esta intervención, como puede ser a causa de un traumatismo craneoencefálico, tumores e infecciones».
En otras ocasiones, se practicaría para combatir enfermedades neurológicas como las cefaleas y las epilepsias, ya que se atribuían las convulsiones epilépticas a espíritus malignos, para los cuales la trepanación proporcionaba una vía de escape. Incluso los fragmentos de huesos craneales podrían servir como talismanes protectores frente a los espíritus y a la epilepsia. También se habría aplicado como medio para «aliviar la locura».
Estudio psiquiátrico
En las trepanaciones post-mortem, las teorías apuntan a que se realizaban para dar salida a los «malos espíritus» presentes en el difunto y para obtener «amuletos a partir del trozo circular de hueso extirpado», ya que, a veces aparece perforado para ser utilizado como colgante. Estos huesos se utilizarían «como reliquias o protección contra las enfermedades convulsivas».
Asimismo, se pensaba que las enfermedades mentales se originaban por razones «rituales-mágico-religiosas», por lo que la trepanación «serviría para expulsar a un espíritu maligno que habría penetrado en el individuo» influenciado por «el trasfondo cultural de la época en la que se tenía mucho miedo a enloquecer».
Para la psiquiatra Torrecilla, «esta experiencia religiosa, pero también curativa, estaba relacionada íntimamente con los llamados estados perceptivos de la conciencia» puesto que «un cráneo trepanado no solo aumentaría el flujo sanguíneo en la zona del cerebro, sino que también expandiría el esquema con el que el psiquismo organiza a la realidad».
Una corriente en busca de habilidades
Señala que hubo incluso una corriente que recomendaba a todas las personas realizarse una trepanación para adquirir habilidades y un nivel de inteligencia y funcionamiento superior.
«La preocupación por la salud mental viene de antiguo, cuando los problemas mentales se explicaban por influencias sobrenaturales: espíritus, demonios o brujería, idea que predominó en distintas formas durante miles de años. Fue hace menos de cien años cuando los avances combinados de la psicología y de la psiquiatría abrieron la puerta a tratamientos seguros y efectivos de muchos problemas mentales. La psiquiatría es una especialidad moderna, donde aún queda mucho por descubrir y mejorar», ha manifestado la doctora.
Alonso ha recordado que la ‘Pieza del mes’ es una iniciativa con la que se pretende dar a conocer su colección arqueológica a través de obras menos conocidas, generalmente no expuestas en las salas, pero que son siempre seleccionadas por su interés, relevancia, belleza o representatividad y que se realiza con la colaboración de la Asociación Luis Siret de Amigos y Amigas del Museo de Almería.