Un estudio interpreta el gran ábside junto al teatro de Itálica como templo de culto al emperador Augusto.
Un estudio del arqueólogo Álvaro Jiménez Sancho interpreta el paramento absidal enclavado en las inmediaciones del teatro de la antigua ciudad romana de Itálica, promovido en la etapa del emperador Augusto, antes de la ampliación adrianea, y con capacidad para unos 3.000 espectadores; como el principal elemento arquitectónico de lo que habría sido un edificio expresamente dedicado al culto a la figura de Augusto, quien gobernó Roma entre los años 27 antes de nuestra era (a.n.e.) y 14 de la era actual.
En este artículo titulado «Acerca del gran ábside junto al teatro de Itálica: ¿Aedes Augusti?», el arqueólogo Álvaro Jiménez Sancho fija su atención en el «gran paramento de planta curva construido en ‘opus incertum’ y sillares» a los pies del cerro actualmente nominado como de San Antonio, junto al teatro italicense; destacando la «monumentalidad» de este elemento arquitectónico que siempre había sido «interpretado como parte de la cerca» defensiva de la ciudad; pues precisamente en este entorno habrían sido documentados vestigios de la muralla italicense.
¿Hubo un templo de culto al emperador Augusto en Itálica?
Se trata de un ábside de unos 18,5 metros de diámetro exterior y 16 metros en el interior, que traba con un muro de 26 metros de longitud, de los cuales unos 3,75 metros sobresalen a cada extremo del ábside. Su actual aspecto deriva de los trabajos de restauración acometidos entre 1988 y 1990 en toda la mitad oriental y de las excavaciones de 2015 en la occidental.
En ese sentido, Álvaro Jiménez rememora en este trabajo que la tesis doctoral publicada en 2004 por Oliva Rodríguez Gutiérrez sobre el teatro de Itálica ya planteaba «una base interpretativa que descartaba la función defensiva del gran muro curvo», pese a lo cual este elemento arquitectónico siguió siendo incluido «en las distintas reconstrucciones del recinto amurallado» de la ciudad italicense.