A principios de julio, el gobierno autonómico dio de baja un total de 435 licencias para viviendas turísticas en Málaga por “incumplir los planes generales y otras normativas”, tal y como explicaron desde la Junta, que cifró en 12.000 las viviendas de uso turístico registrado en la capital, asegurando que ya había caído en más de un 3% de los pisos turísticos que tenía en registro la administración. Un mes antes, el alcalde de Málaga confirmó que “el volumen de viviendas turísticas está llegando a unos números altos”, por lo que comenzó el proceso para limitar el registro de más viviendas de uso turístico en la ciudad, hasta que se apruebe una ordenanza que regulará la zonificación en las zonas y barrios más saturados.
Así, el Ayuntamiento de Málaga puso freno, por primera vez, a la proliferación de inmuebles turísticos en la ciudad con la decisión de limitar las nuevas licencias a que tengan una entrada independiente, entre otras razones. Mientras que la presencia de este tipo de viviendas se ha multiplicado exponencialmente, pasando de 846 en 2016 a unas 12.000 en 2024, los pasos para su control han ido avanzando.
Entrada y servicios independientes
Fue el pasado mes de julio cuando el Ayuntamiento de Málaga pidió a la Junta que diese de baja 1.120 viviendas turísticas por no tener entrada independiente, ya que, a pesar de la nueva norma restrictiva, fueron más de 300 viviendas las que se sumaron para ser alquiladas por turistas. Así, observando cómo más de un millar de viviendas no cumplían con el decreto aprobado por la Junta en febrero de este mismo año para regular concretamente las viviendas de uso turístico, tomó la decisión de que todos estos inmuebles debían cumplir con el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) disponiendo de entrada y servicios independiente, por ser una alojamiento y no una residencia de pisos.
Alquilan un piso turístico en los bajos de un bar en Benalmádena
Por otro lado, durante la época estival también se puso de manifiesto acabar con la reconversión de locales en viviendas para turistas. Ya lo dijo la edil de Urbanismo Carmen Casero, quien anunció que se estudiaría la manera de impedir que este tipo de locales se destinen al uso turístico y se destinen en su lugar al régimen de alquiler de larga temporada. Una misma medida que ya añadió el alcalde de Málaga, por la que tiene planteado que se exija que estos pisos estén al menos un año en alquiler residencial.
