Para viajar a los orígenes de nuestra ciudad solo hay que saber escoger el camino correcto. El baile, la música y y el cante más malagueño ha percibido pocas modificaciones a lo largo de la historia, es por ello por lo que la tradicional imagen de los verdiales que aguardamos en nuestra memoria permanece intacta cada vez que una panda se hace con la atención de quienes pasean por su lado. Esta vez, el encuentro no ha sido casual. Benagalbón ha celebrado este sábado la XXIX edición de su Concurso Tradicional de Verdiales que ha vuelto a explotar los colores de la tradición con sus calles llenas y ni un hueco para aparcar el coche por el camino al centro de la localidad.
La Fiesta de Singularidad Turística ha arrancado con la presentación del gran mural de más de 100 metros y pintado por el artista malagueño Lalone que ahora ocupa la fachada del Centro de Estudios del Folclore Malagueño, en homenaje a Paco Maroto, fundador de la panda de Verdiales de Comares e impulsor de ese toque desconocido por entonces, por Málaga y provincia. Un reconocimiento a los verdiales, su folclore de generación en generación y el contrato vitalicio de la banda que él mismo fundó.
Mientras la avenida de la Candelaria rebosaba de gente saludándose, compartiendo algún que otro trago y practicando, la plaza de la Iglesia iba acogiendo a los vecinos que querían vivir el momento más importante de la festividad desde un lugar privilegiado. Y así fue como dio comienzo el tradicional choque de pandas con la participación de 10 bandas Estilo Montes, así como otras invitadas como Almogía y Primera de Comares, así como la Ronda de Montilleja de Albacete.
«¡Arriba la fiesta!»
Las horas de espera de los vecinos y visitantes en la plaza de la Iglesia merecen la pena conforme empieza el tradicional choque de pandas, organizado por el Ayuntamiento de Rincón de la Victoria y la Peña El Revezo, que arranca al grito de “¡Arriba la fiesta!”, consiste en el enfrentamiento amistoso entre dos pandas distintas en la plaza, tocando con sus alcaldes de espaldas y logrando una victoria al ser el último que pierda el compás tocando sin parar, mientras ambas melodías se entremezclan.Ganando velocidad, exprimiendo fuerzas y centrando el oído en sus pandas, cada año solo una se convierte en ganadora.
“Aquí están de fiesta hasta que el cuerpo aguante, la Diputación apuesta por las escuelas de verdiales de toda la provincias y por este concurso que es gracias también a la sociedad civil y a personas anónimas que hacen posible que la fiesta no se pierda, estoy convencido que en la siguiente edición nos va a seguir sorprendiendo”, ha subrayado el alcalde de la localidad y presidente de la Diputación de Málaga, Francisco Salado. Además del cruce de bailes, colores y música, las pandas hacen de su actuación una oportunidad para optar al primer premio en el concurso a la mejor fiesta, bandera, baile en pareja o mejor copla levantada.
Mural en homenaje a Paco Maroto
Ya lo evidenció horas antes Mariví Romero, hija de Paco Maroto, en la inauguración del cartel que tiene a su padre plasmado al pulso de spray. “Me habían dicho que habría una sorpresa pero no sabía cuál era ni lo grande que era, los vecinos me dicen lo orgullosos que están de tener a Paco Maroto aquí y la orgullosa soy yo por la acogida que se le ha dado siempre mi padre conocido por la fiesta. Él tuvo el apoyo de los componentes de la Banda Primera de Comares, y fue ejemplo de que todo el mundo necesita el apoyo de sus niños para llegar a ser algo”, explicó emocionada.
A los integrantes de las pandas se le conocen como «los fiesteros» y ninguno pasa desapercibido. La corona, las castañuelas y los lazos de colores conforman el uniforme oficial de la tradición malagueña y el folclore que, si duda, va más allá de la Feria de Málaga.
