El Málaga está de dulce y el público lo sabe. Por ello, 101 Televisión ha decidido invitar a uno de los representantes más carismáticos e importantes de la plantilla tras el buen arranque liguero. Se trata de Dioni Villalba, delantero centro malagueño que se ha pasado por el programa de ‘Área Malaguista’ en la noche de este lunes. El ariete ha tratado el momento personal y profesional que atraviesa, así como el cambio de mentalidad del equipo. Además, confesó cómo ha sobrellevado uno de los peores momentos de su vida.
Último partido en Granada: «Está claro que es un subidón por cómo se puso el partido. La primera parte que hicimos fue buena. Hay que recordar que el escenario era complicado, nosotros éramos el equipo pequeño que venía desde abajo y ellos, un recién descendido con la vitola de favoritos. Sin embargo, nos vimos con esa soltura, el partido fue precioso. El que lo vio desde la tele lo disfrutaría, aunque también estaría atacado».
El 2024 quedará para siempre en la memoria de Dioni, tanto en lo positivo como en lo negativo: «Ha sido un año para recordar, tanto lo bueno como lo malo. Ha pasado una cosa bonita como ha sido el nacimiento de mi niño y, por supuesto, el ascenso con el Málaga. Siempre se dice que cuando en un vestuario hay un nacimiento, se consigue un ascenso. Yo he tenido la suerte de que me llegase en el equipo que yo quiero. Este equipo es muy especial para mi, donde siempre he querido estar. Por otro lado, ocurrió lo de mi padre (tristemente fallecido). Recuerdo cómo jugué a los pocos días ante el Mirandés y conseguí anotar un gol. Él me ayudó a meterlo y se lo pude dedicar».
Pocos apostaban por Dioni, sin embargo, está realizando un notable inicio: «Parece que algunos querían jubilarme. Tenían dudas, es verdad que yo no tuve un rendimiento óptimo durante toda la pasada campaña, pero la acabé bien. Hay un trabajo detrás, en los últimos dos meses he trabajado mucho por si venía la oportunidad. En Ferrol vi el ritmo de partido y dije: hay que cuidarse o te comen. Seguí mejorando y ahora me encuentro muy bien.
La alimentación es muy importante, el descanso… cada año que pasa, yo me lo noto. Cada temporada que pase, hay que quitarse algo. El año pasado jugaba de 10 y hacía una media de 12 km por partido. Ahora hago la mitad y eso se nota, no te desgastas tanto».
En cuanto a su relación contractual, el delantero confesó lo siguiente: «Mi contrato acaba en 30 de junio. A mi me gustaría retirarme en el Málaga, sé que es difícil, pero para eso trabajo. He cumplido 35 años y me encuentro igual que hace cuatro años. Según el rendimiento que haga yo esta temporada, dependerá. Por eso estoy trabajando tanto. Por supuesto, el club no tendrá ningún problema conmigo, ya lo saben».
La confianza del equipo, clave para vivir este momento: «Yo, sinceramente, creo que todos pensamos lo mismo. Cuando vi que teníamos tantos córner, sabíamos que la íbamos a tener para empatar. Al igual que cuando el penalti, sabía que la iba a parar. Aparte de la confianza que tenemos en Alfonso, había algo que me decía que nos iba a caer de cara. Después de lo de Tarragona… todo es posible. No desfallecemos nunca, siempre confiamos. Da igual cuánto vayamos perdiendo, siempre creemos que es posible. El míster lo dice, siempre estamos peleando y eso es muy importante».
Finalmente dejó una frase que muestra el hambre insaciable que tiene este grupo: «En Primera hay más desigualdad, por lo que el club que tenga como objetivo la salvación, no puede pensar más de eso. En Segunda sí existe esa igualdad, hay que demostrarlo en el verde. Por lo que veo, creo que no somos peores que nadie. Confiamos en nosotros mismos y peleamos por cotas mayores. El objetivo es claro, pero nosotros no queremos pelear por los 50 puntos y ya está. Si lo conseguimos, intentaremos ir a por más».