La Junta de Andalucía dio de baja 435 pisos turísticos el pasado mes de julio. El Ayuntamiento de Málaga, por su parte, ha solicitado la cancelación de 1.120 alojamientos por no tener entrada independiente, proceso que el Gobierno autonómico ya ha iniciado. El vicepresidente de la Asociación de Profesionales de Viviendas y Apartamentos Turísticos de Andalucía (AVVAPro), Juan Cubo, ha calificado esta medida de «arbitraria».
Una vez que los dueños de las viviendas turísticas reciben el aviso, tienen un plazo de diez días hábiles para presentar sus alegaciones. Estas serán respondidas por la consejería de Turismo, con el consenso del Ayuntamiento. Una vez Turismo haya dado por definitiva la baja, los propietarios tienen un mes para presentar un recurso de alzada.
«Estábamos esperando este movimiento. No es el procedimiento, existe jurisprudencia y arbitrariedad. Pensábamos que Málaga era una ciudad segura en la que se podía invertir, y ahora resulta que no», ha declarado Cubo, que ha añadido que «el decreto de la Juna dice que los ayuntamientos tienen la potestad de regular el uso de las viviendas turísticas, pero una regulación no puede poner normas de imposible cumplimiento».
El vicepresidente de AVVAPro ha señalado que «se teme que las respuestas sean negativas y que los ciudadanos tengan que gastarse su dinero en luchar contra los recursos de las administraciones». Sin embargo, se ha mostrado optimista respecto a los ciudadanos que «deseen pelear por sus derechos». «Los juristas con los que hemos comentado la situación dicen que hay muchas posibilidades de que los jueces den la razón a los que luchen por sus derechos», ha indicado.
Vivienda asequible
«La falta de vivienda asequible no es culpa de que haya 8.000 viviendas turísticas, que es el 2,7% del total de la ciudad, hay un alojamiento turístico por cada cinco vacías. Acabar con estas crearía un perjuicio económico. Si falta vivienda es porque falta suelo y por las trabas burocráticas», ha afirmado.
Cubo, además, ha declarado que las viviendas turísticas son «el motor económico de Málaga» y que «antes, el centro de la ciudad era un sitio inhóspito». «No expulsamos a nadie, tal vez determinadas zonas del centro histórico no están hechas para que viva una familia, en cambio para los turistas sí», ha sentenciado.
Ha confirmado, además, que «el debate es completamente interesado, ya que la clase política ha descubierto que ha cometido grandes errores en materia de planificación de vivienda y han decidido buscar un responsable, en este caso la viviendas turísticas».