Una de las cosas que hace muy especial a Málaga son sus diferentes tipos de café y su singular manera de disfrutarlo, algo que sorprende a quienes la visitan y escuchan por primera vez “una nube, por favor”. Esta peculiaridad se remonta a una tradición que ha perdurado a lo largo de generaciones. Todo comenzó en el emblemático Café Central, que cerró sus puertas a principios de 2022, pero sigue siendo un símbolo de la historia malagueña.
Hace más de 60 años, en tiempos de dificultades y escasez, José Prado, el propietario de este icónico café, decidió que no se desperdiciara ni una gota de café. Así, recopiló las nueve variedades más solicitadas por sus clientes y las presentó en un cartel. Desde entonces, estas distintas modalidades se han extendido por la ciudad, siendo reconocidas y adoptadas por todos los malagueños.
“Yo siempre pido el mitad”, “yo una nube, que es más ligero”, “yo el cortado”, son solo algunas de las preferencias que los malagueños comparten en 101TV al momento de disfrutar de su café. En Casa Aranda, otro de los templos del sabor y la tradición en la capital, nos explican cuáles son las diversas variantes que hay de café en Málaga: “nube, sombra, mitad, corto, semi largo y largo…”. La clave, nos cuenta el personal, radica en una buena carga de café con poca agua, y por supuesto, en elaborarlo con cariño.
Con motivo del Día Internacional del Café, es el momento perfecto para resaltar que este no es solo una bebida, sino también una excelente excusa para reunirnos con amigos y familiares en torno a una mesa, compartir historias y ponernos al día. En Málaga, el café no solo ofrece un delicioso sabor; es un legado que perdurará en el tiempo y que enriquece la historia de la ciudad.