Cierre a un capítulo más en el tema urbanístico de callejones del Perchel. Este lunes a medio día un secretario judicial, acompañado de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, desalojaba, pacíficamente, al grupo de personas que seguían ocupando una de las viviendas, propiedad ya de la promotora que construirá en esa zona un nuevo complejo habitacional.
Varios testigos de los hechos confirman que el desalojo se produjo de “manera pacífica y amistosa”, aunque rehúsan de afirmar que se les indemnizaran por ello. “Primero bajaron seis o siete, hablaron con el secretario del juzgado, más tarde subieron de nuevo y salieron del portal unas treinta personas”. Así lo asegura Iván Adriano, propietario de una academia de peluquería justo en frente del lugar de los hechos.
Dudas y escepticismo de los vecinos y comerciantes
Desde este mismo jueves una empresa de operarios eléctricos están realizando labores para eliminar el cableado adherido a las fachadas de los edificios a derruir. Esto, y los carteles con la empresa adjudicataria para el derribo hacen pensar que el derribo es inminente. La duda se plantea en el cómo se van a llevar a cabo el derribo.
Las fuentes vecinales consultadas aseguran que nadie se ha puesto en contacto con ellos, de hecho, existen dos edificios de construcción más moderna que se encuentran integrados en una de las manzanas que se derruirá. Allí se encuentra la peluquería José, su propietario, José, aguarda una comunicación del Ayuntamiento de Málaga o la promotora (Dacia) que les garantice el suministro de agua y luz mientras se llevan a cabo las obras.
Por su parte, Manolo Reina, periodista jubilado y presidente de varias asociaciones con sede en calle Malpica, expresa que ahora la preocupación llega a otros comerciantes de la zona que tienen sus dudas en como y cuando se va a llevar a cabo el derribo, además de como se van a solucionar los problemas de desratización que llevan sufriendo los vecinos desde hace meses.
Según las fuentes consultadas, aún quedan dos viviendas de vecinos con renta antigua pero que abandonarán su casa de forma inminente tras haber llegado a acuerdos con la promotora de viviendas Dacia.
