Mientras la mayoría de niños se entretenían con sus juguetes, había un pequeño que prefería pasar el tiempo en una churrería familiar ubicada en el Rincón de la Victoria. Aquello ya era un aspecto claro de que aquel niño de apenas 5 años era diferente y de que tal vez aquella pasión infantil que comenzaba a fraguarse entre cacerolas y utensilios de cocina podría generar grandes frutos. Y así acabó sucediendo en el año 2001, momento en el que José Carlos García consiguió ser el primer chef malagueño en conseguir una estrella Michelin.
El cocinero ha estado en el programa Llegó la Hora de 101 Televisión para presentar su primer libro ‘Raíces andaluzas’, un ejemplar escrito “desde la humildad” en el que no solo se incluye un amplio recetario con trucos y detalles para los aficionados a la cocina, sino que de alguna forma se convierte en un diario personal en el que narra sus vivencias personales, tanto fuera como dentro de los fogones.
Y entre esos momentos, José Carlos García explica la montaña rusa que supuso para él conseguir una estrella Michelin: “En el libro me sincero a cartón quitado. Cuento lo que me pasó de verdad, que fue una montaña rusa hacia arriba y hacia abajo hasta que conseguí estabilizarlo. Y lo cuento con todo el orgullo del mundo porque a mucha gente le puede pasar”, ha expresado durante su paso por el programa.
La cocina de José Carlos García, llena de «productos mágicos» de la provincia de Málaga
El chef ha rememorado que alzarse con una de las mayores distinciones gastronómicas a nivel nacional estuvo influenciado por la ilusión y la seguridad que había depositadas en ellos mismos y en su trabajo. “Sabíamos que podíamos intentarlo, no conseguirlo, pero sí intentarlo. Teníamos esa ilusión y a veces la ilusión puede con todo”, ha contado García, quien también barre para casa cuando habla del éxito de su cocina, que fusiona los productos malagueños tradicionales junto a toques vanguardistas.
Y es que para el chef, uno de sus objetivos claves durante la ejecución de su trabajo es aportarle lo mejor a sus clientes, y él se siente un afortunado de que jugar en casa, con productos de la provincia, le hagan cumplir con esa meta marcada desde sus inicios: “Partimos de la base que tenemos la mejor despensa del mundo, y que tenemos la suerte de vivir en un lugar extraordinario con unos productos mágicos que nos permiten intentar ser de los mejores”.
Algo que él mismo dice “con propiedad”, ya que sus 30 años de experiencia en el mundo de la gastronomía le han hecho viajar mucho, conocer muchas cocinas, además de diversos productos que solo le hacen estar “más convencido” de que la ciudad cuenta “con la mejor despensa del mundo”.
Y esto lo recoge en su libro ‘Raíces andaluzas’, publicado esta misma semana, y que él mismo define como un ejemplar “humilde”, con la capacidad de llegar a todos los públicos y del que se siente muy orgulloso, pues le hace “mirar hacia atrás y mantener las raíces donde deben estar”.
