En las últimas horas las fuerzas rusas han centrado sus esfuerzos en tomar las ciudades estratégicas en torno a la península de Crimea, especialmente Mariúpol, donde el sábado falló el alto el fuego para habilitar corredores humanitarios para paliar la situación «catastrófica» de la localidad, en palabras de su alcalde. Rusia considera que el sur es vital para el éxito de su invasión y en el puerto de Odesa temen un inminente ataque ruso desde el mar.
En el norte, ha habido intensos combates al noroeste de Kiev, en concreto en Irpin, cerca del aeródromo estratégico de Hostomel y de la cabeza del kilométrico convoy ruso que se dirige a la capital.
Esta pasada noche han hablado el presidente norteamericano, Joe Biden y su homólogo de Ucrania, Volodomir Zelenski, para acelerar la asistencia militar, humanitaria y económica de los Estados Unidos. Los gigantes estadounidenses de tarjetas de crédito Visa y Mastercard han sido las últimas empresas en anunciar que suspenden sus operaciones comerciales en Rusia.