La provincia de Málaga aspira a convertirse en cantera mediante la formación de profesionales en bioeconomía forestal. El objetivo es impulsar el desarrollo de la gestión forestal en Andalucía y aprovechar los recursos autóctonos que genera el monte, como solución a problemas sociales como la despoblación, el desempleo juvenil y femenino o la desintegración del tejido económico.
La bioeconomía nace de la necesidad de combinar el propósito de la economía con el desafío de utilizar materiales y energías renovables para reducir el impacto medioambiental. La bioeconomía forestal, por su parte, se basa en la producción y transformación de la madera, de modo que se utiliza todo el recurso renovable.
En este sentido, el centro de innovación social La Noria ha acogido este miércoles el foro ‘La Bioeconomía para la descarbonización y la trasformación social’, coorganizado, entre otros, por la Diputación provincial, la Universidad de Málaga y el Colegio Oficial de Arquitectos.
En colaboración con la Diputación de Soria, se está formando a 50 personas en técnicas de construcción sostenible con biomateriales como la madera o el corcho. «Llevamos años trabajando en actuaciones con las miras puestas en el reto demográfico. La bioeconomía posee un claro potencial para abordar los desafíos a los que nos enfrentamos en la actualidad para combatir el cambio climático, la dependencia de los combustibles fósiles y el aprovechamiento de los recursos endógenos, evitando la sobreexplotación y que se enmarcan en el Pacto Verde Europeo», ha señalado el presidente de la Diputación, Francisco Salado.
Oportunidades de la bioeconomía
¿Por qué la bioeconomía es clave para la provincia de Málaga? En la primera mesa redonda del foro se ha debatido sobre esta pregunta. Gabriel A. Gutiérrez, miembro del equipo de Dirección General de Política Forestal y Biodiversidad de la Junta de Andalucía, se ha referido a la redacción de una nueva Ley de Montes. El objetivo es el progreso de una sociedad que demanda materias primas y servicios ecosistémicos, como garantía misma de conservación medioambiental.
Luis Machuca, profesor titular de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Málaga, ha expresado «que las calles y plazas de los pueblos son espacios de relación de sus residentes y hay que hacerlos seguros y confortables para los ciudadanos de todas las edades y la arquitectura recuperable es la más coherente con el espacio natural por su alto valor patrimonial».
Bio+a Málaga
En el marco de la estrategia ‘Málaga Viva’, se ha presentado el proyecto Bio+a Málaga. Consiste en el uso de los excedentes de biomasa forestal para las necesidades de calefacción de centros educativos, centros de salud y otros edificios públicos de ocho pequeños municipios de la Sierra de las Nieves. Una experiencia piloto que será replicable en los Valles del Genal y del Guadiaro y en las comarcas en un futuro en Antequera y Sierra Norte de Málaga.
Como proyecto pionero, Salado se ha referido a la futura construcción del centro Bio+A Lab en el municipio de Yunquera. Este centro servirá para la formación e investigación. Estará dedicado al tratamiento y acopio de la madera extraída, que «será un referente de innovación y emprendimiento para el que se ha recibido una subvención de más de un millón y medio de euros desde la Fundación Biodiversidad».
