Conocidos son ya los problemas endémicos de la Sociedad Protectora de Animales de Málaga. A consecuencia de las inundaciones provocadas por el paso de la DANA hace unos días, se han tenido que redoblar esfuerzos para atender desperfectos de otros refugios y acoger perros que se encontraban en peligro.
Aunque los daños han sido insignificantes en los cheniles de este recinto, otros lugares de la provincia con el mismo fin si se han visto obligados a pedir auxilio a esta sede que se ha encargado, igualmente, a recepcionar y distribuir las donaciones de los ciudadanos a otras perreras de Málaga que las iban necesitando.
La jefa de la protectora en Málaga, Esther Alcántara, asegura que “afortunadamente no se han lamentado daños importantes”, pero es fundamental que se “revisen aquellos refugios que están cercanos a las riberas del río Guadalhorce, que no son pocos”.
A esto hay que sumar lo que ya todos conocemos; son más las llegadas de nuevos inquilinos perrunos que las adopciones, y esto está suponiendo un problema no sólo de superpoblación, sino que en la propia perrera se generan conflictos por la dificultad de acoger a ciertas especies que son incompatibles con la población de perros ya existentes. “A veces vienen a dejarnos a sus perros por razones varias, pero no podemos acogerlos a todos. Hay personas que se frustran porque no entienden esas incompatibilidades” asegura Esther apuntando que lo mismo sucede cuando vienen buscando una adopción, ya que “no todo perro vale para cualquier tipo de persona. Los cachorros son muy bonitos, pero después el perro crece y acaba de nuevo en el refugio”.
Adopciones y voluntariado
En la protectora, asegura Esther, son muy escrupulosos con la solicitud de adopción. Hacemos “pedagogía de convivencia. Una mascota es algo más que un animal de compañía, es decir, hay que dedicarle tiempo y paciencia”. Igualmente recuerda que hay que saber que tipo de animal es el mejor en cada ocasión. “Un mastín, por muy cachorro que sea, no está pensado para hacer compañía a una persona mayor”, asegura la jefa del refugio cuando nos pone algún ejemplo de casos reales. Hacen un llamamiento a la adopción responsable, y aseguran que una mascota “da muchísimo más de lo que recibe”.
El lado más amable lo encontramos en los voluntarios. Personas que dedican tiempo para poder sacar a los perro de los cheniles y llevarlo a zonas comunes para que puedan corre y jugar. Esta práctica es fundamental para los animales ya que “liberan todo su estrés y ansiedad”. En el refugio ocurre todas las mañanas la magia, asegura Esther que cuenta como los perros ya saben que “llegan los voluntarios por las mañanas y ladran de alegría sabiendo que van a salir un rato a estar de juego”.
De navidad a verano
En la protectora saben que se acerca la navidad y esto es un motivo para que se regalen mascotas. Muchos ciudadanos van a la sociedad protectora de animales con la intención de adoptar un perro para regalarlo a un familiar o amigo. “Son innumerables las solicitudes que empezamos a recibir por esta época. La navidad es cuando mas adopciones se tramitan”, asegura Esther haciendo hincapié de nuevo en la responsabilidad de cuidados de una mascota.
Por otra parte, es en el verano cuando más animales llegan al refugio llevados por los propietarios de los mismos. “Lo curioso es que muchos de ellos son aquellos que lo adoptaron en navidad”.
