El miércoles 13 de noviembre de 2024 será un jornada para tener siempre presente en Málaga por la DANA que se tradujo en severas inundaciones. Por fortuna, este temporal ha pasado y no hay daños físicos sobre la salud de las personas. Pero, ¿cuáles son factores que fueron decisivos para evitar la tragedia en esta ocasión?
Se apela estos días a la buena gestión de las administraciones y de soslayo también se agradece la responsabilidad de la población civil. Aunque, el comentario repetido estos días entre los malagueños es que el desastre del pasado 29 de octubre con las tragedia Valencia y también el caos vivido ese mismo día en la provincia ese día han tenido mucho que ver con la prudencia desplegada esta semana. Un combo de precaución política y alarma ciudadana.
El origen de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) como centro de los partes del tiempo a nivel nacional se remonta al siglo XIX, pero desde hace años se ha erigido como un organismo crucial para entender la sociedad contemporánea. La Aemet está constantemente en el centro del debate en medio de las tensiones políticas respecto a los cambios en el clima y los fenómenos meteorológicos adversos.
Jesús Riesco, director de la Aemet en Málaga: «Todavía estamos en meses peligrosos»
Quienes se dedican a este negociado meteorológico siguen explicando la dificultad que tiene este tipo de predicción aunque poco se va afinando a días vista. No hace mucho alguna previsión de alerta luego no cumplida ha tenido como consecuencia críticas por conllevar un cierto parón económico. Todo apunta a que la catástrofe de la Huerta Sur de Valencia, con centenares de fallecidos y municipios devastados, marcará un antes y un después.
La historia ha demostrado que la memoria del ser humano suele tender al cortoplacismo y al presentismo. Así que habrá que ver cómo se manejan en futuras ocasiones las previsiones de lluvias extremas, por ejemplo, con paralizar la actividad social y económica. Porque también hay que contar con que no siempre los partes meteorológicos acertarán y, de nuevo, habrá un debate político al respecto.
ES-Alert y otros mensajes decisivos
Lo cierto es que la Junta de Andalucía, como administración competente para gestionar las emergencias, y los ayuntamientos estuvieron a la altura. El martes 12, a medida que pasaron las horas, fueron viendo que la mejor manera de abordar la situación de Málaga era siendo conservadores y mandar el mensaje general de que la gente no se moviera de sus casas o se moviera de sus casas para realojarse si estaba en zonas de riesgo como riberas o cauces fluviales.
El mensaje estridente de ES-Alert (que sigue disgustando a una parte de la población) también surtió efecto y, quizás, fue importante para concienciar a los mayores. El paralizar la actividad educativa fue la mejor manera de avisar de la importancia que podían tener las lluvias torrenciales. Más ambiguos fueron los mensajes de la Administración andaluza con las empresas sobre la posibilidad del teletrabajo. Está por regular la situación de los sectores privados en casos de riesgo evidente.
Pero que la gestión haya sido la correcta y que el antes de Valencia haya influido en que no haya víctimas físicas esta semana, no quiere decir que haya que caer en el triunfalismo. Vendrán otras danas y otra situaciones extremas y todo el engranaje social (administraciones y ciudadanía) tendrán que volver a funcionar como un reloj para que nada pase. Porque volverá a pasar.