El Ministerio de Defensa de Rusia ha asegurado que las Fuerzas Armadas ucranianas atacaron durante la noche la región de Brians con misiles de largo alcance ATACMS, días después de que el Gobierno de Estados Unidos diese luz verde a la utilización de estos proyectiles fuera de las fronteras de Ucrania.
Moscú ha informado del disparo en torno a las 3.25 (hora local) de al menos seis misiles, cinco de los cuales fueron derribados por los sistemas de defensa antiaérea rusos. El ataque no ha dejado daños personales, si bien restos de misiles sí cayeron en una instalación militar en la región fronteriza de Briansk y provocaron un incendio, según la versión oficial recogida por la agencia TASS.
La Administración de Joe Biden retiró el pasado fin de semana su veto a la utilización de los ATACMS para atacar objetivos dentro de Rusia, lo que ha abierto a las fuerzas ucranianas un nuevo abanico de potenciales operaciones, habida cuenta de que estos misiles tienen un radio de alcance de hasta 300 kilómetros.
Los misiles ATACMS, el arma que Kiev lleva meses pidiendo usar contra Rusia
Volodímir Zelenski llevaba meses pidiendo a Estados Unidos que desbloquease los misiles ATACMS. Los tenía, pero no los podía usar contra territorio ruso, así que directamente no los usaba. Habría sido un desperdicio disparar munición con un alcance de más de 300 kilómetros a enemigos que están a tiro de piedra.
Ahora bien, ¿cómo funcionan estos misiles? El sistema de misiles tácticos convencionales del Ejército de Tierra (ATACMS, por sus siglas en inglés) es un sistema de ataque superficie-superficie de alta precisión fabricado por la empresa estadounidense Lockheed Martin. Fueron utilizados con gran efectividad por primera vez durante la operación Tormenta del Desierto, entre 1990 y 1991, cuando una coalición liderada por Estados Unidos atacó Irak en respuesta a su invasión de Kuwait.
Los ATACMS disponen de un sistema de navegación inercial asistido por GPS y son propulsados por combustible sólido. Miden aproximadamente 4 metros de longitud, tienen un diámetro de 60,96 centímetros y cuentan con una ojiva de 226 kilogramos de explosión fragmentada. Pueden ser lanzados desde una plataforma de lanzamiento múltiple M270 o desde el sistema móvil HIMARS por sus siglas en inglés.
Estados Unidos suministró a Ucrania los primeros ATACMS en otoño del 2023, pero solo para emplearlos en territorio ucraniano y en una versión con un alcance más reducido que los que han sido enviados en los últimos meses, 165 kilómetros frente a 300.
El pasado 3 de octubre el Ejército de Ucrania informó de la destrucción de un valioso radar ruso modelo Nebo-M mediante un misil ATACMS, aunque no precisó dónde se produjo el ataque. Pese a la intensa campaña de Kiev, la Casa Blanca no había cedido hasta ahora y en octubre apostó por una solución alternativa: 800 millones de dólares de ayuda para que la industria militar ucraniana redoblara la producción de armamento de largo alcance. El 1 de noviembre, Zelenski puso sobre la mesa la posibilidad de atacar con los ATACMS a los soldados norcoreanos que se encuentran en Rusia para combatir del lado de las tropas del Kremlin en Ucrania.
Además de los ATACMS, Ucrania dispone de otros misiles de crucero, los Storm Shadow suministrados por el Reino Unido, y los SCALP-EG, proporcionados por Francia. Como en el caso anterior, su uso en territorio ruso está prohibido.