Un neerlandés de nombre impronunciable, Botic van de Zandschulp, se ha convertido en el último verdugo sobre una pista de tenis de Rafa Nadal después de que España no haya logrado remontar en la Copa Davis que se celebra en Málaga. Ganó Carlos Alcaraz en el dobles, pero perdió el dobles, con lo que un Nadal muy mermado físicamente ha dicho adiós al tenis profesional de una forma un tanto triste pese a lo emotivo. El internacional de Países Bajos no le ha dado tregua al mito balear y su nombre ya resonará en la historia del tenis mundial por el simbolismo de este último baile.
¿Quién es el último verdugo de Rafa? Situado en el ránking de la ATP como el número 80 del mundo, Botic van de Zandschulp tiene en la actualidad 29 años. Nacido el 4 de octubre de 1995 en la localidad de Wageningen era hasta este 19 de noviembre un absoluto desconocido para los no muy duchos en tenis e incluso, para los aficionados a la bola amarilla. En sus enfrentamientos directos con Nadal había perdido en las dos ocasiones anteriores, pero su nombre ya quedará para siempre como el deportista que dio los últimos juegos con Nadal.
Llegó a ser 22 del mundo
Su mejor clasificación de la ATP hasta el día de hoy había sido la de número 22 del mundo en el año 2022. Pero no se contabilizan torneos importantes en su carrera desde que se hizo profesional en 2013. Sí cuenta en su haber con torneos menores ITF y un ATP 250 en dobles.
Su mejor temporada fue la de 2021, cuando llegó a cuartos de final del Open de Estados Unidos. Este tenista diestro de 1,91 metros de estatura se caracteriza por su juego físico, pero no ha logrado despuntar y en los Grand Slam apenas ha pasado de las terceras rondas.
La casualidad ha querido que Botic van de Zandschulp, el número dos de Países Bajos en el ranking de individuales, haya sido quien se cruzara con Rafa Nadal en este último baile. De Carlos Alcaraz y el dobles del combinado español dependía que no fuera el último verdugo de la leyenda del tenis mundial, pero no ha podido ser. Decepcionante esta jornada de apertura de la Davis. Eso sí, Málaga ha vibrado, a pesar de las lágrimas de pena y de emoción, pudo ver los últimos minutos de Nadal con su cinta en la cabeza y una raqueta en su mano zurda desde el Martín Carpena.