El Auditorio Príncipe Felipe de Torremolinos era un apéndice de calle Larios, el Jardín de la Concepción o de Central Park en estos de fiesta que se avecinan. Y Niña Pastori era la reina absoluta de la Navidad, desde Málaga, en la primera de sus dos noches en la Costa del Sol a ritmo de villancicos de toda la vida y su inconfundible talento. Cada vez más.
Tres canciones (destacable el arranque con la hebrea ‘Dodi-li’) bastaron para meterse al público –si es que no estaba entregado desde el primer segundo– en el bolsillo de su elegante traje blanco. Inmaculado estreno de gira navideña de la cantante de San Fernando.
Niña Pastori alumbró la ‘Blanca Navidad’ a catorce grados en una noche húmeda además de calurosa literal y metafóricamente. Navidad con un ambiente casi primaveral por la estrecha unión que tiene con su gente. Sus fieles llenaron el auditorio como lo llenarán también en su doblete de este viernes día 29.
Tremendo combo el que desplegaron la artista ‘cañaílla’ y sus músicos sobre las tablas torremolinenses. Con una escenografía cuidada y nada recargada, una iluminación navideña y unas velas haciendo de iluminación por el suelo, el repertorio navideño fue un acierto.
Con villancicos clásicos llevados a su terreno como ‘Noche de Paz’, ‘Blanca Navidad’ o una versión de ‘Camino de Belén’ fue encendiendo, alumbrando, las palmas por todas las butacas. No le faltó un perejil a María Rosa García García, la gran Niña Pastori que celebró poder empezar este espectáculo en una tierra muy querida para ella como es Málaga.
Por algo es una elegida
Su disco ‘Feliz Navidad’, su primera incursión en estos terrenos, le viene como anillo al dedo. Su capacidad para hacer suyas, y de nadie más, las canciones así como la maestría de Chaboli con la producción siempre ha sido uno de los aspectos que ha elevado la carrera de una artista que ya va por su sexto Grammy.
Mención aparte merece su equipazo: coristas, piano, vientos, guitarra, bajo, percusión… Si Niña Pastori es la elegida, la niña predilecta de Camarón que la bendijo para la historia cuando ella tenía solamente doce años, con ese elenco puede ir al fin del mundo. Al genio de la Isla, por cierto, le dedicó unas bonitas palabras: «Después de Camarón en el cante no ha habido nadie».
El concierto tuvo momentos muy emocionantes como cuando levantó al respetable al bajarse a vivirlo a las butacas. O la voz en off de la matriarca Pastora con el que se quiso mandar un mensaje navideño a favor de la paz, el amor y la felicidad: «¡Que viva la música, que viva el arte y viva el cante!», se escuchó por los altavoces a lo que el público respondió con un sonoro ¡ole!
También fue especial el ‘Vienen los Reyes’, un recuerdo para sus Majestades de Oriente. Un villancico moderno pero recuperando la ilusión de la noche más mágica del año: «Duérmete mi niño, anda niño duerme, que si no, mira niño no vienen los Reyes», dice el estribillo de este cántico a la inocencia.
Siempre es especial el primer concierto de una gira y Niña Pastori asumió la velocidad con la que ha habido que preparar este espectáculo mientras ella volvía de Miami. A semanas de que las familias se reúnan en sus casas, Niña Pastori invita a la gente a una hogareña fiesta. En el bis acabó armando la marimorena, con panderetas y bulerías pidió que se sacara el aguardientillo como manda la tradición para poner a bailar a medio recinto.
Si era el primero de la gira no se notó. Al contrario, lo que se pudo ver en el recital organizado por Grupo Mundo es mucha frescura y más ganas de seguir siendo la número uno de la rumba con aderezos ya sea Navidad o el resto del año.
Para cerrar cantó a capela su tema ‘Palillos y panderos’ como brindis a la Navidad 2025. Torremolinos era un patio de erez: «Alegría que ha nacido Dios en un mundo de gitanos buenos que le cantarán y le bailarán entre zambombas, palillos y panderos», reza la simpática canción. Pues eso, que viva para siempre el flamenco y el arte. Adiós Mariah Carey, la nueva reina de la Navidad es Niña Pastori.