La vivienda y la movilidad se han convertido en dos de las principales preocupaciones de las personas que viven la provincia de Málaga y dos de los elementos de debate más importantes en estos momentos en la sociedad malagueña.
Hablamos de ello con la secretaria general de la Asociación de Promotores y Constructores de Málaga, Violeta Aragón, estrechamente vinculada desde hace años al sector de la construcción e integrante de los grupos de trabajo que ha constituido el Ministerio de Fomento para analizar el futuro de la movilidad en la Costa del Sol
¿Qué análisis hacéis de la situación de la vivienda en Málaga?
Se ha convertido en un grave problema para la sociedad, los malagueños lo están diciendo así y en las últimas encuestas sale como el tercer problema que tiene la sociedad actualmente en Andalucía, los malagueños están saliendo a la calle para pedir una vivienda.
El problema está encima de la mesa y tenemos que analizar cuál es la causa. Están subiendo los precios, ¿por qué suben los precios?, ¿por qué hay mucha gente que no puede acceder a una vivienda? Es una cuestión de oferta y demanda, en Málaga la demanda de vivienda es mucho más elevada que la oferta de vivienda nueva que ponemos encima de la mesa.
En noviembre el Banco de España, en un informe sobre vivienda, que establecía que en 2025 en Andalucía van a faltar 150.000 viviendas nuevas y de ellas 50.000 estarían en la provincia de Málaga. Eso hace que se genere una tensión que hace que el mercado establezca unos precios que la gente no puede asumir.
La solución pasa por poner en el mercado mucha más oferta de la que ahora mismo hay para poder cubrir esa demanda. Tenemos que poner vivienda en el mercado. Así los precios bajarán y serán más asequibles. Hay que poner también vivienda protegida con un precio limitado.
Trabajar por eso y buscar soluciones para buscar la forma de poner de una manera ágil más vivienda en el mercado es lo que estamos planteando a las administraciones públicas pero se tiene que hacer de una manera rápida. No puede ser que un PGOU establezca viviendas en un lugar determinado y desde que se planifica hasta que realmente las viviendas están construidas pasan 20 o 30 años e incluso nunca se llegan a desarrollar. Tenemos que poner el foco en que esos desarrollos en lugar de tardar tantos años puedan estar en cinco porque tenemos el problema encima de la mesa.
El INE nos está diciendo que de aquí a 2037 vamos a tener unos 1.200 nuevos hogares más cada mes en la provincia y producimos entre 600 y 700 por lo que vamos a ir incrementando el déficit de vivienda en 6.000 o 7.000 viviendas más cada año.
Todos esos suelos públicos tienen que ir al mercado para hacer vivienda protegida. Hay suelos que no se están utilizando, hay suelos terciarios que se programaron para uso comercial o de oficinas y ahora mismo no tienen salida por lo que hay que dar prioridad a la vivienda.
La administración también podría rebajar el precio de la vivienda dejando a cero los impuestos lo que reduciría un 30 por ciento el coste de la vivienda o apoyándose en entidades colaboradoras externas que puedan hacer el trabajo en momentos de tensión de la administración y los funcionarios no puedan asumir el ritmo de trabajo.
Dentro del debate también se ha colado el uso de la vivienda y se ha puesto el foco en la proliferación de vivienda de uso turístico, ¿lo que se está planteando en torno a este sector puede resolver parte del problema de la vivienda en la provincia?
El problema no es fácil y no se puede solucionar con una única acción. Hay una que es fundamental que es la de poner más suelos en el mercado pero hay otras actuaciones que vienen a ayudar pero que por sí solas no se consigue dar solución al problema global
Cada vez hay más problemas de movilidad en la provincia, ¿se están enfocando bien las soluciones a estos problemas?
Málaga es un foco de atracción económica y eso hace que la población de otros sitios quiera venir a vivir aquí y creo que eso es positivo. Es una suerte que esté creciendo nuestra economía y nos vean desde fuera como un lugar ideal para vivir.
Es muy importante que no perdamos esa percepción de un lugar de calidad para vivir. Eso va aparejado a poder dar unos servicios y unas infraestructuras acordes al volumen de población que acogemos y en eso hemos ido siempre por detrás.
Las infraestructuras se tienen que plantear a muy largo plazo y los políticos las plantean en periodos de cuatro años que son los que tienen entre elecciones. Tenemos que tener un planteamiento estratégico de lo que queremos ser y de nuestras necesidades.
A día de hoy Málaga ya no es sólo la capital y los municipios cada uno de forma independientes, ahora somos una conurbación urbana que requiere una visión global.
Hemos llegado tarde, ¿una vez aquí a qué hay dar prioridad?
Hay que plantear actuaciones a largo plazo con un transporte público competitivo y pienso que la solución ideal es un tren litoral que ahora se plantea bien desde Nerja hasta Manilva
¿Cuáles pueden ser las más resolutivas a corto plazo?
En la zona occidental hay una autopista que no está absorbiendo el tráfico que debiera y una autovía que está colapsada por lo que hay que buscar la forma de trasvasar tráfico de la A-7 a la AP-7. La forma más rápida pasa por bonificar los peajes porque mucha gente no coge la autopista por el coste y aunque se está haciendo se hace en unos porcentajes que no consiguen que trabajadores o estudiantes la usen porque no pueden gastarse 140 euros en peajes al mes aunque le hayan rebajado 30 euros.
Hay ciertos perfiles a los que hay que bonificar al cien por cien. Además la autopista no tiene las salidas suficientes para dar la permeabilidad suficiente por lo que el Gobierno se tiene que plantear, la bonificación de manera inmediata, y buscar la forma de hacer nuevos accesos a medio plazo.
¿Qué se puede hacer en la entrada este a Málaga?
A largo plazo probablemente habrá que hacer una variante pero a corto plazo hay que dar soluciones que a lo mejor no resuelven totalmente el problema pero si lo aligeran. Se puede poner un carril reversible que funcione en horas punta, pequeñas actuaciones en los accesos desde la autovía a la ciudad para evitar que el tráfico urbano colapse la A-7.
Eso es lo que puede hacer que la gente confíe en que la solución del problema está en marcha porque si lo confíamos todo a que en diez años tendremos una nueva carretera o un tren no podremos asumirlo como sociedad y quizás perderíamos la competitividad que tiene la provincia actualmente.
¿Qué hay que mejorar del transporte público?
La EMT funciona pero el propio colapso de las vías no permite que sea tan eficiente como debiera y sobre el transporte interurbano de viajeros tenemos una asignatura pendiente, no tenemos facilidad para movernos por la provincia de Málaga en transporte público.
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