La toma de Damasco por los rebeldes sirios y la caída del régimen de Bashar al Assad -huído a Moscú junto a su familia según agencias rusas- han desembocado en horas caóticas dentro del país. Ante la incertidumbre de lo que pueda suceder en dicho territorio, ahora tomado por fuerzas que numerosas voces autorizadas señalan como «terroristas», el Gobierno español ha emprendido la evacuación de sus nacionales en dicho país, incluido el personal de la Embajada española en Siria.
Según ha comunicado este lunes José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, se trata de 26 españoles y familiares sirios, los cuales han abandonado el país en un convoy dirección el Líbano, ya que el aeropuerto de Damasco se encuentra cerrado. Según se ha adelantado, los vehículos han partido esta mañana temprano y se encontrarían pasando trámites administrativos antes de cruzar la frontera libanesa.
Albares, además, ha querido mostrar el compromiso del Gobierno con aquellos nacionales que quieran salir del país sirio en los próximos días: «Ha sido una operación que hemos hecho para poder evacuar Damasco, que es donde se encuentra el grueso de nuestra colonia, pero hay españoles en zonas mucho más alejadas del país, que evidentemente no podían llegar a un punto de encuentro en Damasco», ha expresado el ministro, que ha querido tranquilizar a a los familiares de estos, asegurando que «todo se está produciendo con un orden dentro de las circunstancias» y que están «plenamente operativos».
El futuro de Siria
Tras catorce años de guerra en la que muchos daban por ganador a Bashar al Assad, el fugaz derrocamiento del dictador ha venido precedido de una ofensiva de fuerzas rebeldes y yihadistas. Sobre ello, Albares ha destacado que es una «buena noticia que una dictadura haya terminado», aunque se ha mostrado prudente sobre los próximos acontecimientos: «Lo antes posible este movimiento militar debe dar paso a un movimiento político y que cualquier decisión, cualquier paso que den los sirios, debe ser pacífica».
el fugaz derrocamiento del dictador ha venido precedido de una ofensiva de fuerzas rebeldes y yihadistas.
A ello el ministro de Exteriores ha añadido que «Siria, además de soberana, tiene que tener todo el control efectivo de su territorio y sobre todo debe de incluir a todo el mundo dentro de lo que es una sociedad muy plural». En este sentido, ha apostado por esperar a ver qué posiciones adoptan los rebeldes y yihadistas: «Yo asumo que muy rápidamente (…) intentarán entrar en contacto con la comunidad internacional y tenemos que ser muy claros con ellos al respecto de qué se espera», ha apuntado.
En cuanto al pasado vinculado a Al Qaeda de HTS y su líder, Abú Mohamed al Golani, ha insistido en que habrá que «juzgarles por sus hechos». «Por el momento todo se está produciendo con tranquilidad, sin violencia y los primeros signos son de que una parte de la administración del régimen de Al Assad va a trabajar y va a colaborar con el nuevo gobierno de facto», ha destacado.