‘España: 50 años en libertad’ es el nombre del particular ‘festival’ que ha creado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para conmemorar el medio siglo que se cumple este año de la muerte del dictador Francisco Franco que dio paso a la Transición. Este mismo miércoles se ha celebrado en el Museo Reina Sofia el primero de los 100 actos que el Ejecutivo ha planteado a lo largo de este 2025.
Eso sí, el acto no ha contado ni con el Rey de España ni con el PP en lo que muchos ven como una nueva maniobra del sanchismo para desviar la atención ante la incertidumbre de un gobierno al que acechan los casos de corrupción y que se mueve en el alambre para mantener los apoyos de sus socios en el Gobierno.
Hay analistas y oposición que ven esta conmemoración una forma de dividir más a la sociedad a través de la Historia, una suerte de canto del cisne del dirigente socialista, el número uno de La Moncloa. Como en todo, también hay muchos partidarios entre militantes socialistas y de izquierdas que apoyan estos fastos.
En la inauguración Sánchez ha criticado a quien busca que se olvide el franquismo y avisado de que la pérdida de libertades puede volver a ocurrir y que hay que transmitir a los jóvenes la importancia de vivir en democracia.
Visión sesgada, partidista, interesada o generosa, cada cual lo verá con el cristal que mira, pero lo que está claro es que el ‘Festival de Franco’ de España 50 años en libertad ha generado ya polémica si es lo que buscaba.
«Con esta iniciativa pretendemos sumar a todos los demócratas a defender 50 años de libertad frente a 40 años de totalitarismo, dictadura y oscuridad», ha defendido el Gobierno. En definitiva, son tiempos difusos para todo el mundo y en los que convendría leer grandes ensayos como ‘Usos y abusos de la historia’ de Margaret McMillan para despejar algunos de estos nubarrones que se ciernen sobre la historia. Todo por la acción de quienes la tocan de lleno.
