Hay quien tiene como objetivo ir cuatro días a la semana al gimnasio y quien sueña con plantar un rábano en la luna. Esta es la historia José María Ortega, un malagueño que tiene como objetivo a largo plazo que se puedan generar los recursos allí arriba sin tener que lanzarse desde la Tierra para los astronautas que lo necesitan.
Así se fundamenta el proyecto científico ‘Green Moon Project’, que desde hace ocho años tiene sus fines muy bien marcados. Tanto que el pasado 17 de diciembre, sus integrantes anunciaron un nuevo y gran paso en su investigación, ya que uno de sus invernaderos en una cápsula volará al espacio a finales del 2026 a bordo de la cápsula de Orbital Paradigm en la bautizada como misión ‘Learn To Fly’, algo que el malagueño no duda en describir como un hito histórico para la experimentación de la Agricultura Espacial.
-¿Cómo surge la idea de cultivar hortalizas en el espacio?
Empieza en 2016. Éramos estudiantes universitarios y nos presentamos a la competición ‘Lab to moon’ y se premiaba un proyecto que era la primera misión privada que iba a aterrizar en la luna. Queríamos entender cómo era la germinación de una planta bajo los efectos de la gravedad lunar, que es seis veces menor que la terrestre. Y nos presentamos, quedamos entre los primeros quince finalistas. Así es como comenzó todo en 2016 y hasta ahora llevamos trabajando todo este tiempo para conseguir llevar a cabo este proyecto ‘Green Moon Project’ y se han ido sumando más personas.
-¿Siempre has tenido curiosidad por estos temas?
Con 10 años recuerdo que veía la misión de Cervantes que fue a la Estación Espacial Internacional en 2003 y recuerdo de ahí esta pasión. Por otro lado, en casa siempre hemos tenido plantas pero fue en 2016 cuando decidimos enfilar el proyecto en esta dirección y ya fue a raíz de esta competición cuando empezamos a entablar relación con diferentes empresas de Andalucía referentes en fertilizantes, cuando empecé a entender más sobre plantas e ir más allá, a estaciones de base humana en la luna.
-¿Es ir a la luna un sueño para José María Ortega ?
Siempre me ha gustado ser curioso y explorador. Ahora se lleva mucho el turismo espacial, de hecho, en Málaga y Marbella se han llevado los últimos años mucho. La luna vivir allí es más complejo, hay que desarrollar estos hábitos de soporte vital, pero quién sabe. Por lo menos estar orbitando la tierra, me gustaría.
-Habéis colaborado también con empresas más allá de las fronteras…
En enero de 2019 la misión Chang’e 4 de exploración lunar de China logró aterrizar en la cara oculta de la luna y logró germinar una planta en un cuerpo celeste fuera de la tierra. Es muy interesante porque hasta ese año no se había dado ningún caso de cultivos de cuerpos celestes fuera de la tierra y a raíz de esto entablamos una comunicación que acabó en un viaje ese año a China, luego ellos vinieron y la idea era sobre todo ver de que manera podíamos aunar esfuerzos.
-Y finalmente ha dado su fruto.
Exacto. La idea era tener los datos de su experimento en la luna, combinarlo con nuestros datos de experimentación sobre suelo de Lanzarote, que es un simulante análogo muy parecido al suelo de la luna con nuestros cultivos en el laboratorio que tenemos en Granada. Hemos combinado esa información y ha resultado que el cultivo horíticola, sobre todo, el rábano, va a ser el que nos llevemos al espacio en 2026.
-¿Cómo es el día a día de una persona que va a ser capaz de mandar un rábano al espacio?
Somos un muy buen equipo, con tres bloques divididos en ingeniería aeroespacial, geología planetaria yo biología vegetal. Como es tan complejo en cada ramo, el éxito del equipo es haber sabido delegar en muchas áreas de forma que tenemos a empresas referentes llevando algunas partes.
– Con este acuerdo que habéis firmado es posible que lo llevéis al espacio, al fin…
Finalmente, por fin, después de ocho años firmado con esta startup madrileña Orbital Paradigm, ya tenemos reservado en esta primera misión ‘Learn to fly’ que va a lanzarse a finales de 2026 la cápsula dentro de la cual meteremos un invernadero robótico. Es muy interesante porque tenemos la oportunidad de realizar nuestra experimentación en el espacio.
La gracia de todo esto es que no solo vamos a estar orbitando la tierra durante 14 días, sino que la cápsula va a volver a la tierra de la forma que vamos a poder tener de nuevo con nosotros la planta con el abono, el suelo y podemos hacer las métricas tanto mientras orbita como cuando esté en la tierra. Luego ya miramos a la luna.
-¿Desde dónde se lanzará?
Tenemos dos opciones, desde Francia o desde Florida. El equipo está muy ilusionado con todo esto, estamos pensando que nos encantaría ir allí. Es como el culmen de la primera etapa de este proyecto. Esa capacidad de mandar algo y traerlo de vuelta es algo que nunca se ha hecho en España.
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