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Los dos marbellíes que viajarán a pie hasta El Vaticano para convertirse en «influencers del bien»

Sin dinero, sin billetes de avión y, lo más importante, sin miedo a los obstáculos que puedan encontrarse por el camino, los marbellíes Adrián Pelayo y Andrea Martello se embarcarán el próximo marzo en un proyecto espiritual y rompedor con el ritmo frenético del sistema: una travesía a pie y a nado hasta El Vaticano con el objetivo de convertirse en «los influencers del bien» y mostrar al mundo la bondad y el altruismo que aún queda en él.

«En este viaje queremos conectar con las personas de la manera que lo hacía Jesús. Él era pescador de hombres, pescador de bondad, digamos que era como un influencer del bien», dice Pelayo, que explica que ambos jóvenes irán contado su día a día a través de las redes sociales, para mostrar los gestos altruistas que la gente tenga con ellos a lo largo del camino, hasta que consigan llegar a El Vaticano.

De esta forma, comerán, dormirán y se transportarán durante meses gracias a la generosidad de otras personas que quieran apoyarlos en su proyecto espiritual, al que han llamado «Un camino por descubrir». Además, los dos hombres detallan que para ellos esta aventura es una forma de escapar del ritmo frenético del sistema, de desconectar y de encontrar la felicidad.

Pese a que esta iniciativa es todo un reto para ellos, no es la primera vez que emprenden una aventura así. Estos peregrinos ya se recorrieron España de la misma forma, en un viaje lleno de empatía en el que aseguran que nunca recibieron un ‘no’ cuando necesitaron cobijo o comida.

Una misión que cumplir: la bendición del Papa

Aunque su destino final es Venecia, la ciudad natal de Andrea, es en El Vaticano donde deberán llevar a cabo una peculiar misión, la de que el Papa les bendiga “un arbolito”.

«Somos cofrades de honor de Lignum Crucis, que es la cofradía más antigua de Europa, del monasterio de Santo Toribio de Liébana, y desde allí nos han encomendado la misión de llevar un arbolito a su Santidad para que lo bendiga», explica Pelayo, que destaca que es descendiente de lebaniegos.

Según cuentan, esta semilla procede de Jerusalén, en concreto, «de la misma madera de la cruz de Jesucristo» y de ella nacerá «un ciprés real de hoja perenne de Palestina» que plantarán al volver al monasterio.

Pelayo y Andrea, que se conocen desde hace más de veinte años, dejarán a un lado sus profesiones para llevar a cabo esta iniciativa. El primero se dedicaba hasta hace poco a la gestión de campos de golf y, además, trabajaba como agente inmobiliario. Por su parte, Andrea es empresario y él lo tiene «más difícil», ya que acaba de abrir un hotel-boutique en Marbella, aunque encontrará la forma de gestionar su emprendimiento desde la distancia.

Un trayecto por mar y tierra

A principios de marzo los dos amigos partirán desde el puente de Marbella Club en un velero – que aún no han conseguido – hasta las Islas Baleares, de las islas viajarán al sur de Cerdeña, para posteriormente llegar al noroeste de Sicilia. Allí, en Sicilia, comenzará su trayectoria a pie hasta El Vaticano y, finalmente, hasta Venecia.

Además de un velero y un buen calzado para el camino, los marbellíes necesitarán llegar con una buena condición física para superar un tramo específico del recorrido, el del estrecho de Mesina, que atravesarán a nado. Aunque aseguran que, más que una cuestión física, la dificultad para cruzar esos 3 kilómetros de agua salada será mental.

«Animamos a todo el mundo que conozca nuestro proyecto a unirse a él, a nuestro viaje y a nuestra misión», expresa Andrea entusiasmado.

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