Estados Unidos quiere tomar el control de la Franja de Ganza. O eso al menos es lo que ha afirmado su presidente, Donald Trump, tras reunirse con su aliado y primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu: «Gaza nos pertenecerá en el largo plazo», ha afirmado el republicano, advirtiendo al pueblo palestino de su expulsión y reasentamiento en zonas de la región de forma definitiva: «No podrán volver».
En los últimos años, la política exterior estadounidense se ha mantenido en un aparente, aunque decisorio, «segundo plano» en los conflictos de Oriente Medio. Ahora, el mensaje del máximo representante de la Casa Blanca abre paso a una nueva fase de intervencionismo en la zona.
Los controvertidos planes norteamericanos, según Trump, consisten en cargo de la zona para impulsar su desarrollo y generar «miles de puestos de trabajo» para la gente del mundo que quiera trasladarse en lo que él mismo denomina la “Riviera de Oriente Medio”.
“Será nuestra responsabilidad desmantelar todas las bombas sin explotar, nivelar el terreno, deshacernos de los edificios destruidos y allanar la zona para impulsar un desarrollo económico que genere una cantidad ilimitada de empleos y viviendas. Haremos un trabajo de verdad, algo diferente», ha asegurado Trump.
En su delirio, que de realizarse bien podría considerarse un crimen de lesa humanidad, los dos millones de palestinos serían reubicados entre Jordania, Egipto y otros países de la zona: «Los palestinos no podrán volver porque, si vuelven, va a terminar de la misma manera que en los últimos cien años. Deberían ir a una zona hermosa, con casas y seguridad, para que puedan vivir sus vidas en paz y armonía”.
Críticas de Hamás y la comunidad internacional
Las polémicas declaraciones del presidente Trump han generado revuelo y reacciones inminentes dentro de la comunidad internacional: ”Nuestro pueblo en Gaza ha frustrado los planes de desplazamiento y deportación bajo bombardeos durante más de 15 meses. Están arraigados y no aceptarán ningún plan destinado a desarraigarlos de su patria”, aseguran desde la organización islamista Hamas.
Por su parte, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha mostrado su preocupación ante las afirmaciones del líder estadounidense, que toma tintes de una verdadera «limpieza étnica» y que sucumbiría un crimen de lesa humanidad.
«Quiero ser muy claro al respecto: Gaza es la tierra de los palestinos gazatíes y estos deben seguir en Gaza», ha sostenido Albares, en línea con la posición que ha venido manteniendo en los últimos días después de que Trump ya apuntara al traslado de gazatíes a Egipto y Jordania.
«Gaza es parte del futuro Estado palestino, por el que España apuesta, que tiene que convivir y coexistir garantizando prosperidad y seguridad al Estado de Israel, para el que queremos también una normalización completa de sus relaciones con los países árabes», ha proseguido el ministro.
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