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Un paseíto por las coplas de la Final del Carnaval de Málaga 2025

La crónica de esta noche tiene un objetivo especial: que transiten por las coplas del Carnaval de Málaga, que se guarden piropos y hachazos, que encuentren motivos para considerar este manifestación popular como alta literatura, que amen y cuiden lo nuestro, que disfruten tanto como lo ha hecho una servidora desde el foso del Teatro Cervantes. Ahora sí: el último grito de guerra: ¡Va telón! ¡Va crónica! ¡Feliz carnaval!

Los majaretas de la bicicleta – comparsa

Unos versos, de la presentación, para enmarcar: «Aprendí que la ruta que te marca el alma tienes que encontrar, y así voy por el mundo sin un destino, con quimeras y sueños de un majareta, disfrutando ante todo haciendo el camino con mi fiel bicicleta».

Pasodobles. A la desgracia de la DANA y su gestión política: «Cae la noche y estamos a oscuras, no tengo ni idea del alcance, imagino que la ayuda con el alba llegará, pero más silencio y más desgracia es el que traía al llegar la claridad […] Ya sólo hay barro y desconsuelo, sólo hay incredulidad, porque no llegan las ayudas. Gobernantes, ¿dónde están?».

A Málaga, desde Marbella: «Para ponerte una biznaga con olor a ti, mujer, me duermo yo con la brisa de tu bahía; Farola, tú no te apagues que eres mi guía. Yo me vine a enamorar de quien no debía, y aquí me tendrás por siempre, aunque venga de Marbella, ay, Málaga de mi vida».

Cuplés. A las hamburguesas modernas, y de pelo pelo –porque donde hay pelo, hay alegría… o no –. Unos versos, del popurrí, para enmarcar: «No hagas de la vida un viaje, haz que el viaje sea la vida. Intenta que vaya sobre ruedas y saca siempre una gran sonrisa; no te quedes en un sitio donde vivas estancado, pues nacer no lo elegimos pero si dónde quedarnos».

Tu cara me suena – murga

Unos versos, de la presentación, para enmarcar: «No temo que me reconozcas, no me verán con esa pena, porque volver aquí a cantarte no es pa mí ninguna condena. Solo le temo que en la calle me digas con la boca llena: Tu cara…. no me suena».

Pasodobles. A las madres, el amor más puro y verdadero: «Por miedo a que nuestra historia se acabe pronto y el tiempo vuele, quisiera que te enteres: que nunca tendré un amor tan puro y sincero ni verdadero como el que tú me das. Te pido perdón desde el corazón si no supe valorarte, si me equivoqué, te decepcioné y encima me perdonaste».

A Juanma Moreno, por la escasez de recursos con los que cuentan los centros que atienden a la discapacidad: «Quizás entiendas pronto la de centros que no pueden más, sin recursos, sin dinero, tendrán que cerrar; que ven cómo está la Junta dando la espalda. No hay más… No hay más margen, presidente; no hay más margen, presidente, o refinancias o esto se acaba».

Cuplés. A los repertorios pisados en el concurso y a las desventajas de los grupos de la provincia. Unos versos, del popurrí, para enmarcar: «Que me reconozcas si a ti te llueven papelillos, que me reconozcas cantando en la calle si tú eres testigo, que me reconozcas como me enseñó un amigo, que sean legendarios vivir los momentos que vivo contigo».

Los de Despeñaperros pa’bao – murga juvenil

Unos versos, de la presentación, para enmarcar: «Y defendemos el andalucismo, esta es nuestra idiosincrasia. Quédate con tu patria, fachorro, que yo prefiero mi Matria».

Pasodobles. A los padres y abuelos, a su amor verdadero y al miedo a olvidarlos: «Y no quisiera dejarme un te quiero en el tintero, os lo decimos cantando, que es como mejor sabemos: tu legado llevaré y siempre recordaré a mis abuelos, a mis abuelos, a mis abuelos».

Al Málaga C.F. Un himno no oficial pero de corazón: «Una cosita inexplicable es para alguno y no lo puedo entender, que a un malagueño se le encargara hacer un himno para tus gradas y a él el fútbol pilla a traspiés […] Porque un himno no es la letra, es comulgar con la hinchada, y el malaguista perdura, siempre va a estar en la estacada».

Cuplés. A su amiga vegana, a la que han pillado con chuletas en un examen, y al estribillo que les ha escrito Sergio Lanzas. Unos versos, del popurrí, para enmarcar: «Desde el café de Chinitas hay bnb de to los colores, no gana el malagueño para alquileres, manda cohones […] Málaga, la del Perchel que ya no está; Málaga, te estoy contando la verdad; Málaga, que complicá de acentuá; Málaga, para el turista nada más».

Los Calaveras – comparsa

Unos versos, de la presentación, para enmarcar: «Y si la vida me coge del pecho, le robo un beso y le pongo un disfraz. Y si la vida me corta el aliento, me invento otro cuento y la pongo a cantar».

Pasodobles. A Málaga, la mejor herencia que un padre le puede dejar a su hijo –si la cuida, claro–: «Esa casa está a tu nombre y al de la gente del barrio, cuídala como oro en paño que no hay más tesoro. Y aunque esa luna te ronde, si al hacerte un hombre me sueltas la mano, toca ser valiente. Lucha para que mañana no venga un “vendío”, y un alcalde de mierda te eche de la tierra donde te han “parío”».

Al carnaval, alta cultura en manos de su gente: «Que si esto no es cultura, ni está a la altura de su elegancia, que nos pongan delante al más brillante de sus poetas, que se haga un par de letras, de esas que aprietan, de esas con gracia, y vamos a ver si pasa de la preliminar».

Cuplés. A su vecino el facha y al obispo de Tenerife. Unos versos, del popurrí, para enmarcar: «Y para patria un teatro, y para escuela tu calle, y para hogar tus abrazos y “pa” mi copla más nadie. Y “pa” tesoro el que esconde tu bendito Carnaval, que no me saca de pobre pero me da libertad».

Los Tradicionales – murga

Unos versos, de la presentación, para enmarcar: «Madonna! La sua música attuale es aún peor. Non sopporto el trap ni el reguetón y me angustio cuando escucho “bro”. Questo con Franco no pasaba. ¡Dónde vamos a llegar! Con Franco Battiato, un cantante sin igual».

Pasodobles. A los clientes que protestan pero no precisamente por los derechos laborales de los camareros: «Pide y exige gritando sandeces lo que te mereces y chístales como a perros. Que el cliente es lo primero. Qué lástima que no exijas al empresario explotador y usurero mejores derechos “pa” los camareros».

A la pérdida de la identidad gastronómica malagueña: «Ese es el precio que paga esta tierra por ser tan abierta, moderna y hospitalaria. Ser una más entre tantas. Es triste que para los que te saborean lo más típico que quede sea el Taco Bell que hay en la Alameda».

Cuplés. A lo que se tarda en decidir qué película o serie se va a ver en una Smart TV para estar roncando a los dos minutos y a su bambino, una mijilla inútil. Unos versos, del popurrí, para enmarcar: «Tradizionale, como esta despedida. Il bello canto que anuncia mi partida. Apaga il forno. De nuevo nos marchamos e si ritorno: sarà perché ti amo. Cantando al ritmo que me enseñó febrero. En italiano, pero carnavalero. Con emozione e molto sentimento».

Los Enamoraos – comparsa

Unos versos, de la presentación, para enmarcar: «Y vamos, malagueña, que esto es nuestro, que esto es tuyo y de tus hijos, recupera tu ciudad. Y vamos, malagueño, calle a calle, y vamos verso a verso, compañero».

Pasodobles. A la triste realidad de los jóvenes malagueños: «Y tú imagina que el primer canto que escuchas es un cenutrio perreando reggaeton y no te llenas del canto eterno de la Jurado, de Triana o Camarón, y nunca sientes el quejío de un acorde ni un rebelde pasodoble de Juan Carlos Aragón […] Esta es la realidad para el joven de mi tierra: poca fe, poca razón, mucho listo explotador, mucho tonto sinvergüenza».

Al alcalde y a la miseria que deja: «Aquí está el pueblo, sea valiente, sea sincero, cuénteles lo que se lleva, que esta gente lo ha votao, lo ha querío y le ha llenao media vida la nevera, pa que luego, traicionero, a cuarenta forasteros se los vendiera».

Cuplés. A su disfraz horterito y al aguapá en Carretería por la DANA. Unos versos, del popurrí, para enmarcar: «Son tus ojos La Farola, es tu pelo Gibralfaro, tu garganta es La Manquita, y tu corazón, mi barrio. Mis vecinas son tu sangre, tus huesos son mis paisanos, tu mar es vientre y la madre, tu Dios es un Dios de blanco».

¡Cucha Málaga! – murga

Unos versos, de la presentación, para enmarcar: «Que tu Dios sea el campero, que tu padre sea el Cenachero, que se sepa en el mundo entero que nuestra Biblia es la receta el gazpachuelo».

Pasodobles. Al alcalde, su maldito Satanás: «Y ahora que me estás oyendo, que a ti te ha elegido el pueblo, mandamás de nuestro infierno, se te van viendo los cuernos […] A ver si ya te das cuenta que en tu Málaga la bella estamos tos mu quemaos, que se te ven los colmillos cuando vacías los bolsillos de quien aquí te ha votao».

Al carnavalero de los premios: «Pero a ti se te acaba el tratachín si en la tele ya no sales, pero en la calle está la gente, la que merece tu voz ardiente. Lo siento, carnavalero de los focos y los premios, tenía que decirte esto: no te guardes tus disfraces, vente conmigo a la calle que allí es donde hay que cantar».

Cuplés. A lo mejor que el alcalde hace: nada; y a la torre del Muelle. Unos versos, del popurrí, para enmarcar: «Y ahora a rezar: amarás sobre todas las cosas tu Málaga bella; no robarás, que a mi tierra ya hasta le han robao sus noches de estrellas; no matarás ni un día más al malagueño, su futuro y su libertad; y santificarás tu fiesta la más nuestra el carnaval».

Nostradamus – comparsa

Unos versos, de la presentación, para enmarcar: «Yo maldigo lo que veo, yo maldigo cada rima, que sangrar ya más no puedo ni curarte tus heridas. Pero no temas, corazón, que de tu negro porvenir brotan canciones de amor de poetas visionarios, que agarraos al calendario, paren coplas de carnaval».

Pasodobles. A los carnavaleros que menosprecian otros carnavales: «Y tú qué sabrás, y tú qué sabrás de nosotros si no te he visto aquí jamás, y tú qué sabrás de mi historia de mi familia y mi carnaval, que pobres, pequeños y humildes parimos febreros. Tú mueres por quién tú quieras morir, pero calla si no sabes, que mi gente no se toca».
Al futuro de la sanidad: «Lo he visto y te he visto despertar, enfermo y sin una cama en un pasillo de urgencias, y ya será tarde tu queja porque un presidente cabrón, te robó sin vergüenza, desmanteló sanidad, y te dejó tu hospital, de mierda».

Cuplés. A las comidas crudas y a las mafias, ambos con rematito de plot twist: al conejo de su mujer y a la mafia del ayuntamiento. Unos versos, del popurrí, para enmarcar: «Hospitales colapsaos, yo lo sabía; educación analfabeta, yo lo sabía; impuestos apuñalados, yo lo sabía; país de pandereta. No soy ni mago ni hechicero ni brujo, ni encantador, pero el mundo que me rodea, da pena, da pena, por Dios».

Quiero que mi padre se vaya, pero mi padre no quiere – murga

Unos versos, de la presentación, para enmarcar: «Y como dice que nunca ha salío en carnavales, tenía esa espinita y quería cantar, pues si este año gustamos y a la final llegamos ya por fin de una vez ¡está el alcalde en la Final!»
Pasodobles.

A Pepe León: «Hay que ver, ya os vale, que habéis hecho llorar a mi padre. Aunque sea nada más por una vez, por favor, darle cariño, y al que se meta más con él, y al que se meta más con él, se las va a ver con sus niños». A la cantera: «Hay que inculcar los valores y sentimientos de la fiesta pa que luego con el tiempo no se pierdan; entre todos la tenemos que cuidar, tenemos que conseguir que se queden por aquí hasta que sean grandes, eso es lo importante, que luego siempre están pa to. Dale más tiempo y déjalos que canten».

Cuplés. A la desbandá a la derecha, a Sevilla, a su profundidad antes de dormir, de pelo pelo y al Unicaja. Unos versos, del popurrí, para enmarcar: «Tengo un león que me ruge dentro cuando a mi puerta llega febrero, el corazón lleno de recuerdos a tu ladito grabados a fuego. Tengo a mi murga, tengo a mi gente, tengo a mi tierra y el barrio entero; tengo la suerte de tenerte y con lo que tengo ¡qué más quiero!»

La Desbandá – comparsa

Unos versos, de la presentación, para enmarcar: «Y si canto es por mi tierra, que ha perdido la alegría; con el alma en cuarentena, malvendía y malhería, y cantando por mi tierra, que vuelva la rabia a sus venas».

Pasodobles. A Málaga: «Málaga es más que una ramera de tumbona y borrachera, es más que un circo pa’ que engorden cuatro mierdas sus carteras y es más que una pasarela pa’ despedidas horteras. ¡Esto es mi tierra con su milenaria cultura de puertas abiertas y si vienes a profanarla te das media vuelta! ¡Málaga no es cualquier lugar; lleva mi sangre y mi verdad y a mi ciudad, y a mi ciudad tú la respetas!»

A la mujer malagueña: «Quien digo es esa que porta mi amor en sus manos como una bandera y que al Paraíso me lleva si estoy a su vera. Si existe Dios jamás sabré; pero mi Diosa sí lo sé: ella es mujer, ella es mujer y malagueña».
Cuplés. Al Unicaja, que podrá ganarlo todo pero nunca al alcalde, y a Dani Pérez, que tampoco va a ganarle nunca.
Unos versos, del popurrí, para enmarcar: «Y te sobran piratas, tiranos, embaucadores, trileros, mafiosos y fanfarrones que están atracando tu corazón. Te sobran lacayos, vendidos, falderos, estafadores, vasallos, cobardes, aburguesados y malhechores que están callando en tu sinrazón».

Fuerte y flojo – murga

Unos versos, de la presentación, para enmarcar: «Claro que te quería, te querré, te quise y quiero. Si te he seguido rezando a escondidas y besando tu suelo. Te he cantao por las esquinas como un perrito faldero, regalando mis pamplinas a la tierra que más quiero, ya bastante me he privado de tus besos por febrero».

Pasodobles. A los miembros del jurado: «Si yo fuera un miembro del jurado me pensaría muy bien el veredicto porque luego según sea el resultado hay efectos secundarios y hasta vuelan los cuchillos […] Doña Natalia Meléndez, periodista y docente en la UMA, sé prudente no resbales de repente porque hay cosas Natalia que no se Sostienen».

A su mujer perfecta: «No me importa que sea culta o de andares refinados, no me importa que sea bruta, que sea de playa o de campo ni me importa que se pida por gusto una Cruzcampo […] Yo busco una mujer, no tengo restricciones, sólo pongo un par de condiciones: que ella sea malagueña y no vote a De la Torre y no vote a De la Torre».

Cuplés. Flojos y fuertes, aunque más fuertes que flojos. De siete en siete, AB. Unos versos, del popurrí, para enmarcar: «Creo en la religión de quien pide un cigarro, en el campo del Juval cuando no ganaba nadie, en el pestazo a sudor del gimnasio del barrio, en un par de tenis colgando de unos cables».

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