El monje tibetano Thubten Wangchen llegó a España cuando el país se desperezaba del franquismo y entraba en eso que políticamente se ha dado en llamar Transición. Se convirtió así en el pionero del budismo a nivel nacional y un embajador del Dalai Lama en la Península Ibérica. Cuarenta años después, este conocedor de la realidad hispana desde su residencia en Barcelona, asegura que «todo ha cambiado» (el clima, la política, las personas) aunque también hay una «evidente crisis educativa, espiritual, de religión y de valores». No es ajeno ni mucho menos a lo que ocurre en Occidente y sobre el Papa Francisco lo tiene claro: «Es muy parecido al Dalái Lama».
«El Papa Francisco es argentino pero como el Dalái Lama ha hablado a todo el mundo. Yo le tengo mucho respeto a él, pero tampoco tiene mucha libertad porque al final el Vaticano es un Gobierno y hay mucho control», enfatiza Thubten Wangchen en videollamada con 101 Televisión. Además, asegura en esta entrevista a 101TV con motivo de su visita a Málaga que ha sentido mucho la recaída de la salud del Pontífice de Roma y que valora «la unión y el respeto entre religiones».
El acercamiento al budismo como filosofía vital
«En la época de Franco no se podía ni hablar sobre estas cosas», explica el budista preguntado sobre el conocimiento de su religión en España. Eso sí, «con la democracia han ido llegando y se han ido conociendo otras religiones como el hinduismo, el budismo o el islamismo sin problemas, pero hace cuarenta años no se sabía nada», expresa este primer tibetano residente en España para una comunidad que actualmente no llega a los 100 en todo el país, pese a que sí existe un interés creciente de gente que se acerca al budismo «que no está contento con lo suyo y mira fuera, no ya como religión sino como filosofía y meditación».
Concluye en su análisis sobre su país adoptivo que después de todo «los españoles no están tan mal, pero tienen que preservar su cultura y su identidad mejor y más correcta». En definitiva, el monje tibetano y catalán de corazón asegura que el reto pasa por saber combinar «el modernismo con la tradición». No olvidar el lugar del que se viene. Para ello, afirma, no es necesario meditar con los ojos cerrados sino hacerlo «pensando positivamente, dejando fuera todo lo negativo, pensando, hablando y actuando positivo ya seamos budistas, católicos, ateos o lo que sea, lo importante es ser buena persona y hacernos mejores y más amables».
Respecto a la velocidad del mundo moderno detalla «que ahora los jóvenes están muy nerviosos y muy estresados, no están felices aunque tengan muchas cosas aunque tengan Ipad, teléfono, pero no tienen tiempo para nada, para hablar con sus padres o visitar a sus padres». Para ello, recomienda reconectarse con la ‘pacha mama’: «Hemos nacido de mamá y hay que agradecer a la gente que nos rodea a nosotros, todos los que trabajan y hacen cosas. Y después respetar a la madre tierra, con menos contaminación que es nuestra labor y responsabilidad».
Ponente del ciclo de La Malagueta del ‘Desafío climático’
El religioso ha ofrecido una ponencia en el Centro Cultural La Malagueta de Málaga dentro del ciclo ‘Desafío climático’ en la que ha abordado la «preocupante» situación del Tíbet por una «ocupación» de China que va más allá de lo territorial sino que influye en lo medioambiental con: «Hace años que estamos preocupados porque estamos pasando por una grave situación con el Gobierno chino que no para de explotar la naturaleza, explotando las minas y contaminando los ríos del Tíbet».
Thubten Wangchen (Tíbet) sobrevivió mendigando en las calles de Katmandú (Nepal). Gracias al Dalai Lama y a la ayuda del gobierno indio, pudo ingresar en una escuela para refugiados tibetanos en Dalhousie (India), donde estudió su propia lengua, cultura, historia, arte y filosofía budista, así como inglés e hindi. A los 16 años decidió entrar en un monasterio para profundizar en el estudio de la filosofía budista. Después de un intenso intercambio cultural con occidente, decidió inaugurar un centro en España. Por indicación y consejo del Dalai Lama, creó la Casa del Tíbet de Barcelona. El 27 de abril de 2011 fue elegido miembro del Parlamento Tibetano en el Exilio, donde es uno de los dos representantes por Europa.
