A principios de este mes de febrero, el arquitecto David Chipperfield presentaba en el Ayuntamiento de Málaga un avance de su propuesta para la nueva Torre del Puerto: la construcción de un majestuoso hotel de lujo que, a pesar de no haber sido aprobada aún, ya ha suscitado polémicas opiniones entre los malagueños. Aunque para el británico no es ninguna novedad generar controversia en la Costa del Sol. Estepona pudo tener ‘su Guggenheim’ y a cambió tuvo que pagarle una suma importante de dinero al prestigioso arquitecto Pritzker tras una experiencia fallida.
El nombre de David Chipperfield ya estuvo relacionado hace más de una década en Estepona, cuando recibió 860.000 euros por otro de sus grandes proyectos, un icónico teatro para la ciudad, con la diferencia de que este no se llegó a construir. La historia de aquello se resume en que los esteponeros empezaron a llamar esta iniciativa como el ‘Teatro de Copperfield’ en referencia al ilusionista que con su magia hacia desaparecer auditorios enteros, como el que nunca llegó a ver la localidad costasoleña.
«El objetivo con este teatro era asociar el nombre de la ciudad a un edificio emblemático, como ocurre, por ejemplo, en la zona del País Vasco con el conocido Museo Guggenheim», cuenta David Valadez, alcalde del municipio en aquel momento. La idea no sonaba mal. Sin embargo, una «decisión dramática» truncó aquel ambicioso proyecto. Y Chipperfield nunca pudo darle a Estepona su Guggenheim.
Una decisión dramática
El lugar elegido para la obra fue el Parque Central de Estepona, con una superficie de 3.000 metros cuadrados. El presupuesto inicial, presentado en el año 2007 bajo la alcaldía de Antonio Barrientos, fue de 3,6 millones de euros. Sería el Ayuntamiento quién cubriría el 25 % de la financiación, mientras que la Junta de Andalucía y la Diputación aportarían el 75 % del coste.
Sin embargo, en el año 2010, ya con Valadez como nuevo alcalde, el presupuesto se disparó hasta superar los 18 millones de euros. La iniciativa se había vuelto «inasumible». Tal y como indica Valadez casi veinte años después, el Ayuntamiento tuvo que tomar una «dramática decisión que supuso un antes y un después»: el teatro no se construiría.
«Fue una decisión complicada porque hablamos de un proyecto que se había vendido en reiteradas ocasiones a través de los medios de comunicación. Y del que jamás se contó toda la realidad», explica el exalcalde.
Una realidad fruto de una época oscura. No sólo hay que tener en cuenta la crisis económica que por aquellos años golpeaba al país; también al contexto «de un ayuntamiento que acababa de ser intervenido por un caso de corrupción».
«Si la situación económica es muy preocupante, pues difícilmente puedes plantear un proyecto
de esas características cuando no tienes ni tan siquiera garantizados las cuestiones más básicas
como puedan ser el pago de las nóminas de los empleados públicos o de los suministros básicos», reflexiona Valadez.
«Tres teatros por el precio de uno»
En 2007, el Ayuntamiento de Estepona se vio obligado a pagar 200.000 euros a David Chipperfield por la maqueta que presentó ante la Junta de Andalucía. Sin embargo, quedó pendiente el resto del pago, que el arquitecto y su socio vasco, la empresa Aurrekiotxea Eta Bezkidea, S. L., reclamaron por haber entregado el proyecto a tiempo.
Esto llevó a una demanda de 400.000 euros. En 2013, el juzgado falló a favor del británico, y el Ayuntamiento fue obligado a pagar no solo esa cantidad, sino también 260.000 euros adicionales por intereses moratorios.
Una década después, el exalcalde reflexiona sobre si aquel proyecto de Chipperfield, quien ahora es premio Pritzker, era necesario: «Yo soy de los que creen que no tiene mucho sentido que tenga más valor el componente que el contenido. Se podrían haber hecho tres teatros por el precio de ese».
De hecho, el Auditorio Felipe VI, que se construyó años después en el solar destinado, en un principio, a Chipperfield, costó una tercera parte del precio del polémico teatro.
El precio de Chipperfield
Para David Valadez, tiene «más sentido» que el valor de un proyecto, en este caso arquitectónico, se ajuste más a la obra en sí que al nombre del autor. Aún así, reconoce que hay otros factores que deben considerarse, como vincular a una ciudad un nombre de «altísimo prestigio».
«De hecho, ahora estamos viendo este debate en la capital. La controversia está en quién es el autor y lo que supone para el encarecimiento del proyecto», apunta en referencia al proyecto actual del británico para la construcción de la Torre del Puerto, en Málaga.
Lo cierto es que aún no se conoce el presupuesto final para esta nueva huella que Chipperfield dejará en la Costa del Sol. Pero se ha adelantado que, de ser aprobado el próximo 6 de marzo, la inversión superará los 120 millones de euros que se planteaban en un primer momento.
De esta forma, el recorrido de Chipperfield por Málaga se resume en dos proyectos: el que nunca construyó y el que está -o no- por construir. En cualquier caso, la Costa del Sol ya le ha salido rentable.
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