Es sin duda uno de los actos con mayor arraigo y sabor cofrade de la Cuaresma en Málaga. Se trata del Vía Crucis de antorchas que organiza la Hermandad del Monte Calvario. Este solemne acto se inicia en el Santuario de la Victoria, tras el último día de quinario del Cristo Yacente de la Paz y la Unidad, para después dirigirse a la Vía Dolorosa, camino de la ermita del Monte Calvario, donde finaliza.
Este acto de piadoso Vía Crucis es protagonizado anualmente por el Yacente de la corporación del Viernes Santo, realizado por Antonio Eslava, y que, en esta ocasión si la climatología lo permite, se celebrará el 8 de marzo, primer sábado de Cuaresma, a partir de las 21.00 horas.
Como es costumbre, el Cristo de la Paz y la Unidad en su Sagrada Mortaja será portado en unas andas que contiene una urna fúnebre, realizada por el taller de Orfebrería Montenegro, en un sobrio conjunto acorde al cortejo, que cuenta con miembros de la hermandad portando antorchas para iluminar el camino. El rezo de las 14 estaciones, el recogimiento y el juego de luces y sombras entorno a las andas del Señor, dejan instantáneas de gran belleza con una panorámica de Málaga donde destaca de manera colosal las vistas de la Santa Iglesia Catedral.
Misterio de la Sagrada Mortaja
La escena del misterio de la Sagrada Mortaja, primer trono de la Hermandad del Monte Calvario, gira en torno al cuerpo inerte de Jesucristo, situado en el centro del trono sobre un catafalco y dispuesto para ser amortajado, previamente a la sepultura. La Santísima Virgen aparece de pie con sus manos en posición entrelazada, en actitud orante y de dolor contenido. Completan la escena los Santos Varones, Nicodemo y José de Arimatea; y las «tres Marías»: María Salomé, María de Cleofás y María Magdalena.
En cuanto al Santísimo Cristo Yacente de la Paz y la Unidad en el Misterio de su Sagrada Mortaja es una obra de Antonio Eslava Rubio de 1970. Se trata de una imagen de tamaño ligeramente inferior al natural, debido a que fue concebido para exponerse en una urna adosada al retablo. El 26 de febrero de 2006, debido a un incendio fortuito que tuvo lugar en la Ermita del Monte Calvario, la imagen se vio seriamente afectada.
Gran parte de la talla quedó calcinada, aunque se reconocían en su totalidad las formas y volúmenes. El imaginero y doctor en Bellas Artes Juan Manuel Miñarro se encargó de la recuperación de la imagen. Tras consolidar el soporte con resinas epoxis, restablecer las partes desaparecidas y aplicar los aparejos, se policromó de nuevo tomando como referencia los restos de policromía que quedaban en los pies y tobillos y los numerosos documentos fotográficos del archivo de la hermandad.
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