La estación del Cercanías de Fuengirola, que la operadora había logrado arreglar con todas las escaleras mecánicas volviendo a funcionar, ha vuelto a su estado habitual de estar a medio gas. Las lluvias han hecho que se tenga que cerrar una de las dos bocas de entrada a la estación, la que pega más al Centro del municipio y por la que sale y entra más gente. Y es que no funcionan ninguna de las dos escaleras mecánicas.
Esta estación subterránea ha estado durante los últimos meses con diversos problemas en sus escaleras mecánicas de dentro y fueran de los tornos para coger el tren de Cercanías de la línea C-1 que conecta con Benalmádena, Torremolinos y Málaga capital. Hace poco se había logrado que todas las escaleras estuvieran en funcionamiento después de unos meses instalada en el desastre en términos de accesibilidad y operatividad.
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El tren de borrascas, con las constantes lluvias que han caído sobre la Costa del Sol, ha provocado que la estación fuengiroleña vuelva a su estado al que tiene habituado a muchos usuarios de estar a medio gas. El cierre de las dos bocas, aunque pueda parecer una circunstancia no demasiado importante, sí es un grave incordio para personas con problemas de accesibilidad. También para los trabajadores que tienen medidos los tiempos y por tener que recorrer unos metros más pierden esos dos o tres minutos que a veces hacen que lleguen muy justos al tren.
Las dos escaleras mecánicas de la puerta que está cerrada y la escalera natural de piedra están precintadas con una cinta rojiblanca para que nadie pase. Además, la persiana de esta bocana principal de la estación del Cercanías de Fuengirola lleva bajada durante toda esta última semana con operarios trabajando en que vuelva a la normalidad esta infraestructura clave para el transporte de la ciudad.