La primavera ha llegado y eso se nota en los naranjos llenos de azahar, el clima… y en las tiendas cofrades, que durante los últimos días de la cuaresma viven unas jornadas frenéticas para aquellos cofrades más rezagados.
Es habitual ver, durante estos días, malagueños con bolsas paseando capirotes por las calles y plazas de una Málaga que ya descuenta los días del calendario para volver a vivir una mañana de Domingo de Ramos.
Uno de esos establecimientos que vive estos días con entusiasmo y mucho trabajo es ‘Cerería Zalo’, ubicado en pleno centro histórico de la ciudad y donde el nazareno puede vestirse de pies a cabeza. Carmen Portillo es la actual propietaria, en un negocio que lleva en la familia desde 1724 y que la propia Carmen asegura que tendrá continuidad y «seguirá con mi hijo cuando yo no esté».
«…estos días un poquito, pero lo peor está por venir todavía»
La gente «apura hasta el último minuto, este año, por ejemplo, ha sido muy raro porque como hemos tenido días de lluvia en plena Cuaresma, pues la gente no ha ido llegando con facilidad. ¿Qué pasa? Pues que ahora vendrá toda la gente con el sol», asegura la propietaria de ‘Cerería Zalo’ además de confirmar el agobio de «estos días un poquito, pero lo peor está por venir todavía».
Según Carmen, los días en los que más se concentra la clientela son «las dos últimas semanas, entre jueves, viernes y sábado, es lo más duro. Hay que tener en cuenta que el fin de semana es cuando pueden venir los padres con los niños.»
De igual forma asegura que ya hay clientes habituales que van durante la semana y esto es porque «el año pasado se tragó una buena cola en la calle y ha dicho, este año no me pasa y entonces viene, pues con tiempo».
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