El Real Madrid CF ha confirmado oficialmente que disputará la final de la Copa del Rey contra el FC Barcelona, programada para este sábado a las 22:00 horas en el Estadio de La Cartuja de Sevilla. El club ha querido zanjar las informaciones surgidas en las últimas horas, asegurando que «nunca se ha planteado renunciar a jugar la final», a pesar de la polémica generada por unas declaraciones de los árbitros designados para el encuentro.
En un nuevo comunicado publicado este viernes, el Real Madrid ha señalado que las «desafortunadas e inapropiadas declaraciones» de los colegiados De Burgos Bengoetxea y González Fuertes, realizadas apenas 24 horas antes del partido, «no pueden manchar un acontecimiento deportivo de trascendencia mundial que verán cientos de millones de personas».
Además, el club blanco subraya su respeto hacia los aficionados que ya se encuentran en Sevilla o que tienen previsto desplazarse para presenciar el encuentro. Este segundo comunicado, con un tono más cauteloso que el utilizado en una nota anterior, reafirma el compromiso del Real Madrid con los valores del fútbol y con su afición, a pesar de lo que califican como «hostilidad y animadversión» por parte de los árbitros designados para la final.
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Horas antes, la entidad madridista había emitido una dura nota en la que calificaba de «inadmisibles» las manifestaciones públicas realizadas por los árbitros. En ese primer comunicado, el club criticaba que se señalase a Realmadrid TV -su medio oficial- por la publicación de vídeos críticos con el estamento arbitral, interpretándolo como un ataque directo y premeditado hacia uno de los finalistas.
Clima tenso ante la final
Además, denunciaba el tono «amenazante» de las declaraciones, que consideraba contrarias a los principios de equidad, objetividad e imparcialidad que deberían presidir una cita de esta importancia. El Real Madrid también reclamó a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y al Comité Técnico de Árbitros (CTA) que actúen «en defensa del prestigio de las instituciones que representan».
Con esta aclaración definitiva, el club merengue ratifica su presencia en una final que promete ser histórica, tanto por el duelo deportivo como por el clima de tensión extradeportiva que ha rodeado las horas previas al choque entre los dos grandes del fútbol español.