El 9 de mayo es una fecha con los mayores ecos de grandeza en la historia de Rusia. Ese día se conmemora la victoria sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial, por eso se ha especulado que Vladímir Putin quiera aprovechar el simbolismo de ese día para marcar la guerra de Ucrania, lanzada con el pretexto de combatir el nazismo. Se conmemora el 77 aniversario de la victoria de las tropas soviéticas sobre el Ejército de Hitler.
Se trata de un día de exaltación militar, con un gran desfile en la Plaza Roja de Moscú. Como cada año, pero con más intención que en ningún otro, Rusia mostrará su arsenal de misiles balísticos, tanques, aviones y soldados al mundo. Lo celebrará además sola, sin la presencia de ningún líder extranjero. No han invitado a ninguno para evitar negativas incómodas.
El peso de las fechas simbólicas no es algo nuevo en Moscú. Ya durante la Segunda Guerra Mundial, los militares rusos se afanaron en tener Berlín bajo su control el 1 de mayo, fecha del día de los trabajadores. Al final, la ciudad se rindió el día dos, aunque hubo bolsas de resistencia en los días posteriores. Lo que para entonces quedaba del mando nazi firmó la rendición incondicional a las 22:43 del 8 de mayo, hora central europea. En Moscú ya eran las 00:43 del 9 de mayo. Por eso en Rusia se celebra el fin de esta guerra en el escenario europeo un día después que en Occidente.
«Ellos se consideran los verdaderos ganadores de la Segunda Guerra Mundial y por eso este día es tan importante para Rusia, quieren mostrar a occidente todo lo que tienen y presentan lo mejor del Estado ruso», asegura el General Jesús Argumosa, ex director de la Escuela al Altos Estudiosa de la Defensa. Putin nunca ha querido distanciar la historia de Rusia de la de la Unión Soviética, él es un simple continuador de esa historia», explica el periodista Fernando Arancón.