Uno de cada diez mayores que ingresa en Urgencias por caídas fallece a los 6 meses del alta, según las conclusiones del informe ‘Caídas en personas mayores. Estudio FALL-ER: registro multicéntrico de personas mayores de 65 años atendidas por una caída en servicios de urgencias españoles’, presentado este miércoles por la Fundación MAPFRE.
El objetivo de la investigación ha sido estudiar las características, circunstancias, causas y consecuencias inmediatas de las caídas que sufrieron 1.610 personas, así como conocer los resultados adversos en 1.388 de ellas durante los seis primeros meses después. Han participado en el informe los Servicios de Urgencias Hospitalarias de cinco hospitales: Clínico San Carlos de Madrid, Hospital General de Alicante, Clínic de Barcelona, Bellvitge de Barcelona y Hospital Central de Asturias.
En 2020, último año con datos oficiales, un total de 3.066 mayores de 65 años perdieron la vida por una caída, lo que representa un incremento del 83 por ciento más que hace una década (2011). De todas las víctimas en 2020, 8 de cada 10 eran mayores de 70 años.
Tropezones, resbalones, distracciones y mareos son algunos de los motivos por los que los mayores de 65 años sufren una caída en España y por los que principalmente son atendidas en los servicios de urgencia hospitalarios.
De estas caídas, que mayoritariamente sufren mujeres (70%) y que se producen durante el día (78%), seis de cada 10 (65%) ocurren en el hogar, sobre todo, en el dormitorio (36%), baño (12%) y la cocina (11,6%), y se originan en mayor medida (58%) debido a causas extrínsecas, es decir, suceden durante la actividad diaria de los mayores y su interacción con el entorno.
El 15,4 por ciento de las caídas se debe a factores intrínsecos, entre otros, a un síncope, pérdida brusca y temporal de la conciencia y tono postural (26,5%), trastorno de la marcha (25,5%), déficit visual (12,6%) y medicación (7%). En un 10 por ciento intervienen factores tanto intrínsecos como extrínsecos y en un 14 por ciento de los casos se desconoce el motivo.
Entre las características más frecuentes de estas personas cuando entran por la puerta de urgencias por este motivo destaca el hecho de que viven solas (20%), no están acompañadas en el momento de la caída (75%), no pueden levantarse por sí mismas cuando sufren esta situación (66%); y han sufrido un percance similar en los 12 meses anteriores (25%).
También destaca que sufren enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión (70%); enfermedades de tipo osteoarticular, como la artrosis (47%); y presentan síndromes geriátricos, como la baja agudeza visual (61%) y la depresión (31%), entre otros.
IMPORTANTE DETERIORO FÍSICO Y EMOCIONAL
Las caídas incrementan la mortalidad. En concreto, el 1,6 por ciento mayores que ha sufrido un percance de este tipo fallece como consecuencia directa de la caída y 1 de cada 10 mayores lo hace a los 6 meses del alta (11%), lo que pone de manifiesto que la probabilidad de fallecer que tiene un mayor de 80 años se incrementa hasta siete veces cuando ha sufrido una caída.
Las caídas no solo incrementan la mortalidad sino también provocan un importante deterioro funcional en la vida diaria. En este sentido, el informe destaca que, como consecuencia directa de la caída, el 91 por ciento sufre una lesión, principalmente heridas (52%), fracturas (38%) y traumas craneoencefálicos (16%); que el 47 por ciento tiene miedo a volver a caerse; que el 20 por ciento necesita ayuda para caminar.
El informe señala, además, que, tras el seguimiento realizado a los seis meses, se demostró que el 27 por ciento era parcial o totalmente dependiente; que el 11 por ciento había sufrido una nueva caída; y que el 4,5 por ciento tuvo una fractura. Mientras que antes de la caída, el 60,3 por ciento de los mayores son independientes, tras esta situación dicho porcentaje baja al 50,3 por ciento, es decir, un 10 por ciento se hace dependiente.
INGRESOS E INTERVENCIONES QUIRÚRGICAS
Este tipo de accidentes conlleva un elevado consumo de recursos sanitarios e intrahospitalarios. Según el estudio, el 45,5 por ciento de los pacientes analizados llegaron al hospital en ambulancia, un 85 por ciento necesitó una radiografía; un 43 por ciento una analítica de sangre y orina; un 37,3 por ciento requirió una férula; un 23,5 por ciento de los pacientes fueron ingresados; y un 11,6 por ciento fue intervenido quirúrgicamente.
Los expertos creen que es un error que «naturalicemos» como «inevitables» las caídas que sufren las personas mayores, ya que, tal y como se indica, el 58 por ciento de las caídas en dicho grupo de edad se debe a factores extrínsecos y que por lo tanto se pueden prevenir.
Asimismo, consideran que es clave sensibilizar a los mayores y a sus familias del alto riesgo que tiene una caída a la hora de deteriorar la salud física y emocional y que deben ser conscientes de la importancia que tiene adaptar adecuadamente sus viviendas a medida que van cumpliendo años, ya que las necesidades no son las mismas en cada momento de la vida.
En este sentido, los expertos aconsejan, por ejemplo, sustituir la bañera por el plato de ducha y elevar el WC en el baño; retirar o sujetar bien las alfombras, realizar un buen mantenimiento de los suelos para que no sean resbaladizos y para evitar que existan baldosas sueltas, así como eliminar cables en las zonas de paso, que puedan convertirse en «trampas», colocar el menaje de la cocina en armarios que resulten accesibles, y despejar la vivienda para que la movilidad sea lo más segura posible.
Aconsejan, además que los mayores utilicen calzado cómodo para caminar por las calles y aceras, donde pueden encontrarse con el pavimento en mal estado; y realicen ejercicio físico de forma regular.