Bioparc Fuengirola, en esta localidad malagueña, acoge a dos crías de puercoespín sudafricano nacidas en el hermano Bioparc de Valencia pero que han sido trasladadas al malagueño después de que la madre las rechazara.
Ese rechazo hizo al equipo del zoológico valenciano decidir su traslado. Con unos 20 centímetros de longitud y 300 gramos de peso, este es el tamaño de las dos crías de puercoespín, la subespecie más grande de este animal.
Nacieron hace una semana pero su madre no estaba preparada para criarlos, algo bastante habitual en los primeros partos de esta especie; una inexperiencia que lleva al abandono y que, en ocasiones, puede provocar la muerte de los recién nacidos.
Por este motivo, el equipo del parque valenciano decidió que la mejor opción para ellos sería trasladarlos al parque malagueño el cual le está brindando una nueva oportunidad de vivir, crecer y desarrollarse garantizando su bienestar.
Desde su llegada, los cuidadores han establecido un control exhaustivo de los pequeños; un registro que diariamente incluye la recopilación de datos como la longitud, el peso, la cantidad de leche que ingieren, control diario de heces, revisión del ombligo, así como cualquier otra información referente a su comportamiento.
PRIMERAS SEMANAS CLAVES PARA LA SUPERVIVIENCIA
Los miembros que conforman el equipo de exhibición de Bioparc Fuengirola asumirán la alimentación a mano de estos pequeños hasta que, dentro unos meses, puedan comenzar a comer por sí solos otros alimentos como verduras o frutas. De momento, la crianza se hace con pequeños biberones a través de tomas cada dos o tres horas, día y noche, con el propósito de aportarles el máximo bienestar y facilitar su crecimiento.
Las primeras semanas de vida son cruciales para la supervivencia, puesto que no solo habrá que alimentarlos, sino que además el equipo deberá darle cuidados de «madre» y calor corporal. «Este cuidado diario creará un vínculo especial con los cuidadores que se irá fortaleciendo a medida que pasen los meses. Este contacto, así como los entrenamientos que se tienen preparados, reducirán el estrés y los comportamientos anómalos de los puercoespines, favoreciendo su manejo y potenciando las actitudes naturales que podrían tener en sus hábitats naturales», han indicado desde el parque fuengiroleño.
Los puercoespines alcanzan la madurez sexual al final de su primer año. Las hembras inician la cópula presentándose a los machos y la posterior gestación dura alrededor de 94 días. El parto es de hasta tres crías.
Los pequeños puercoespines llegan al mundo relativamente bien desarrollados, con los ojos abiertos y con dientes. Tienen púas y espinas blandas al nacer para facilitar el proceso de parto, pero se endurecen rápidamente al contacto con el aire. Los jóvenes crecen rápidamente, alcanzando su tamaño completo en aproximadamente un año.
Este mamífero roedor está incluido en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Aunque están registrados como especie amenazada y el número de ejemplares es estable, sobre los puercoespines acechan graves amenazas. La pérdida de su hábitat natural y la persecución por parte de los agricultores que los consideran dañinos para sus cultivos son las principales.