Ruta de 8 km en pleno corazón de las Sierras Tejeda, Almijarra y Alhama en Málaga. Agradable travesía por el río Kiera, agua al tobillo, cascadas a cada paso. El plan perfecto para el llamado turismo de naturaleza, si no fuera porque la masificación estaba poniendo en peligro la riqueza natural, paisajística y ambiental del enclave malagueño.
Desde hace varios años, cada verano, recibe un gran número de turistas. «Es un área estrecha, con rincones y grietas, en algunos lugares solo tienen dos metros de ancho, lo que hace casi imposible caminar con la afluencia».
La afluencia de público durante los meses estivales transitando por un mismo sendero está provocando un fuerte impacto ambiental. “Hay biodiversidad que está siendo destruida por las pisadas. Son especies únicas que se están cargando”, lamenta Yus. Es el caso de plantas como el Galium viridiflorum, una especie en peligro de extinción que ya ha desaparecido de los márgenes del río.
La contaminación acústica ha provocado también que aves como el azor o el gavilán dejen de anidar en esta zona. A todo ello se suma la enorme cantidad de desechos que deja la marea humana: alimentos, envases, papeles… Más de media tonelada de residuos se han recogido en cada una de las limpiezas llevadas a cabo por voluntarios en los últimos años.