El conjunto blanquiazul sucumbió ante un efectivo Albacete que únicamente necesitó seis minutos para llevarse los puntos de La Rosaleda. El Málaga volvió a dar pena defensivamente hablando. Aunque eso sí, ofensivamente dispuso de ocasiones como para remontar el encuentro. Pero por h o por b, no entraron. El palo, los reflejos de Barragan o los continuos parones visitantes pusieron su granito de arena para que no llegase la igualada. Y a pesar de todo esto, lo más preocupante es que este equipo acumula ya casi 10 meses sin ganar como local.
“¿Ya vamos 0-2?”. Eso se debieron preguntarse todos aquellos malaguistas que accedieron a La Rosaleda a partir del minuto 6. Ya fuera por llegar tarde, o por el tiempo de espera para acceder al coso de Martiricos por las largas colas que se están formando durante esta campaña. Pero sí, así fue. De un plumazo, y casi sin percatarse, el Málaga recibió dos tantos en apenas segundos. El primero de Higinio, que remató absolutamente solo en el segundo palo. Acto seguido le tocó el turno a Manu Fuster, quien batió a Manolo Reina con algo de fortuna dado que el disparo había tocado en un jugador. Ni Jim Carrey se quedó tan atónito cuando se dio cuenta que él era el protagonista del show de Truman como el malaguismo cada vez que observaba el marcador.
Sin embargo, y a pesar de ese pésimo arranque, los de Guede reaccionaron gracias al pundonor de Escassi, que no se dio por vencido después de que Barragán detuviese su primer intento. Por eso, con toda la rabia acumulada previamente, reventó el esférico contra la red manchega. Aunque ya saben que al perro flaco todo le son pulgas. Y es que en el mejor momento del Málaga, El colegiado del encuentro, Gorostegui Fernández-Ortega, no pudo seguir por unos problemas físicos. Sánchez Sánchez, del comité extremeño le remplazó. Ese paró freno al conjunto blanquiazul, que cada vez estaba más cerca del empate. Una igualada que no llegó antes del descanso.
Ni después. Y eso que el conjunto malaguista lo intentó. Pero ni el debut de N’Diaye, ni Rubén Castro pudieron romper el maleficio, dado que el canario hasta se topó con la madera en el inicio del segundo tiempo con un disparo que ya se cantaba en las gradas del templo blanquiazul. O la parada de Barragan a Fran Sol, que también tenía visos de ser el empate. Chavarría, Villalba y Hervías pasaron por el encuentro con más pena que gloria, puesto que los cambios del técnico argentino no surtieron ningún efecto.
El Málaga CF suma un triunfo en cuatro jornadas y la afición ya se ha despedido hoy del equipo al grito de «¡Guede vete ya! Los resultados como local siguen siguen siendo el talón de Aquiles de un proyecto que empieza a mermar la moral del malaguismo.