Los recibos de la luz y del gas cada vez se ‘comen’ más los sueldos de los trabajadores. Los costes actuales de la energía suponen meses de salario para las personas con bajos ingresos. En concreto, según un estudio de la Confederación Europea de Sindicatos publicado por CCOO, en 16 Estados miembros de la UE los trabajadores que ganan el salario mínimo tienen que reservar el equivalente a un mes de sueldo o más para afrontar la factura energética media anual. En 2021, esto afectaba solo a ocho países.
Para casi 10 millones de trabajadores “pagar sus facturas de energía ya era difícil antes de que llegara la crisis de la inflación”. Y la situación, a tenor del alza en los precios del gas y la electricidad, no ha mejorado. Todo lo contrario.
Tal y como recoge el estudio del Instituto Sindical Europeo (ETUI), el centro de investigación independiente de la Confederación Europea de Sindicatos, en la mayoría de los Estados miembros de la UE la factura energética anual media es ahora superior al salario de un mes para los trabajadores peor pagados.
De esta manera, el número de días que debe trabajar una persona que gana el salario mínimo para pagar su factura energética ha aumentado “considerablemente” en países, como Estonia (+26), Países Bajos (+20), Chequia (+17) y Letonia (+16).
En España, por ejemplo, se necesitan 38 días de trabajo para pagar la factura energética anual, más que en Portugal (35 días), Alemania (33 días) o Francia (30). Por su parte, en República Checa los trabajadores y las trabajadoras con menos ingresos requieren de 65 días para afrontar este desembolso y 54 en Estonia, los mismos que en Grecia.
Estas cifras se conocen antes de la reunión del Consejo Europeo de Energía del viernes, que abordará propuestas para contener la fuerte subida de los precios en el sector energético. Ante esto, la Confederación Europea de Sindicatos llama a aumentar los salarios “para cubrir los incrementos de la inflación y garantizar que los trabajadores reciban su parte justa de las ganancias de productividad”.
Asimismo, aboga por “un tope en la cuantía de las facturas de energía y un impuesto sobre las ganancias excesivas de las empresas de energía” y ayudas para aquellas personas con problemas para pagar las facturas.