La guerra de Ucrania ha entrado definitivamente en una nueva fase donde, al parecer, Rusia ha apretado el acelerador y no dejará de presionarlo hasta que consiga zanjar el conflicto, de una forma u otra. Rusia ha respondido este lunes a la destrucción del puente de Kerch, que conecta la Rusia continental con la península de Crimea –anexionada en 2014–, con un ataque de una escala no vista en meses: una serie de bombardeos y ataques con proyectiles contra la capital de Ucrania, Kiev, y otras ciudades del país europeo, incidentes que han dejado hasta ahora más de diez muertos y decenas de heridos.
Los ataques han llegado horas después de que el presidente ruso, Vladimir Putin, acusara a los servicios secretos ucranianos del «atentado terrorista» perpetrado el sábado contra el puente, que lo dejó parcialmente inutilizado y que se saldó con al menos tres muertos. «No cabe duda de que es un atentado terrorista que buscaba destruir una infraestructura civil de vital importancia para la Federación Rusa», dijo Putin tras el incidente.
El suceso supuso un grave varapalo para Rusia debido a que es una importante ruta de suministro logístico para las fuerzas rusas en Crimea y en el sur de la Ucrania ocupada por Rusia. Asimismo, fue un duro golpe para la imagen de Putin, que inauguró en 2018 el puente, una de las principales infraestructuras construidas en la península desde su anexión y para Ucrania supone un símbolo de la ocupación.
Apenas unas horas después, varias ciudades ucranianas han sido atacadas con misiles, en el marco de una aparente respuesta rusa a lo sucedido. Moscú había centrado durante los últimos meses sus operaciones en la zona este del país, ntentando consolidar territorios de las regiones de Donetsk y Lugansk, así como zonas de Jersón y Zaporiyia que permitieran a Moscú conectar estos territorios con Crimea. De hecho, la semana pasada Putin firmó un decreto anexionando estas zonas, a pesar de que durante las últimas semanas ha sufrido varapalos a nivel militar y ha tenido que retirarse de varias áreas.
Vladimir Putin ha confirmado «un ataque masivo con armas de alta precisión y largo alcance» contra diversos puntos de Ucrania y ha indicado que han sido llevados a cabo «a sugerencia del Ministerio de Defensa». Putin ha dicho que han alcanzado «instalaciones de energía, mandos militares y centros de comunicaciones», ha detallado.
«Si continúan los intentos de llevar a cabo ataques terroristas contra nuestro territorio, las respuestas de Rusia serán duras y de una escala que corresponderá al nivel de las amenazas contra la Federación Rusa», ha dicho durante una reunión con miembros del Consejo de Seguridad de Rusia, según ha recogido la agencia rusa de noticias TASS.
AMENAZA A MOLDAVIA
La nueva fase de la guerra de Putin también pasa por lanzar provocaciones hacia los países vecinos, recordándoles que pueden correr la misma suerte que Ucrania. Las autoridades de Moldavia han denunciado este lunes que tres misiles de crucero lanzados por el bando ruso con destino a Ucrania han sobrevolado su espacio aéreo. Así lo ha manifestado el ministro de Asuntos Exteriores de Moldavia, Nicu Popescu, a través de un mensaje en su cuenta de Twitter.
«Tres misiles de crucero lanzados esta mañana sobre Ucrania desde barcos rusos en el mar Negro cruzaron el espacio aéreo de Moldavia», ha escrito Popescu, quien ha informado a su vez de que llamarán al embajador ruso para que dé «explicaciones».
BIELORUSIA ENTRA EN LA GUERRA
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, y su homólogo bielorruso, Alexander Lukashenko, han acordado este lunes el despliegue de tropas conjuntas en la región tras una reunión en materia de seguridad.
Lukashenko ha indicado que la medida ha sido tomada «en relación con el empeoramiento de la situación en la frontera occidental de ambos países». «Si el nivel de amenaza alcanza el nivel actual, como es el de ahora, comenzaremos a usar este grupo», ha señalado.
«Debo informarles de que la formación de este grupo ya ha comenzado. (…) Ya di la orden de que se formase», ha aseverado el mandatario bielorruso, según informaciones de la agencia de noticias BelTA. Lukashenko ha señalado, no obstante, que Rusia «no busca este tipo de conflictos ahora mismo». «Ya tienen demasiados problemas. Por lo tanto, no contamos con un gran número de fuerzas rusas para el contingente», ha aseverado.
«Estad preparados para recibir a esta gente en el futuro cercano y darles cuanto sea necesario, tal y como está establecido y sin agravar la situación», ha señalado en declaraciones dirigidas el Ministerio de Defensa.