101tv Málaga

ARTÍCULO OPINIÓN | La vana crítica y la confrontación

Por Pablo Fernández Quintero

La vana crítica y la confrontación empaña el espejo y las referencias de la escenificación de nuestra Semana Santa.

A modo de reflexión personal, y con el debido respeto…

La sana crítica es herramienta necesaria, criterio de interpretación de cualquier actividad del ser humano que pretenda evolucionar, aspirando a superarse, nos lleva a corregir errores y pulir los aciertos; es tan importante este principio, que incluso resulta ser uno de los fundamentos de las trascendentales decisiones que para la vida de las personas supone la suprema función de impartir Justicia.

Concluidas las muy legítimas y divertidas celebraciones paganas de la exaltación del sentir mundano, sin solución de continuidad, pero ya en tiempo cuaresmal, y de Semana Santa, emergen algunas estridentes y confusas voces, por fortuna minoritarias, aparentemente embriagadas más del espíritu carnavalesco que de la propia reflexión y transcendencia espiritual de lo que seguidamente corresponde conmemorar, como si no resultase necesario diferenciar conceptos y naturalezas entre lo uno y lo otro.

Con la facilidad de acceso a las redes sociales y medios de comunicación propia de la era digital, se transmiten en ocasiones mensajes que compiten por poner en la conciencia de nuestros cofrades, y en general, en la de la ciudadanía, el imperio de sus convicciones, voces, que se evidencian apartadas de la experiencia y de la lógica, que resultan, además, cuando menos, intrascendentes al hecho cofrade; para los autores de dichas voces poco importa lo certero y eficaz del razonamiento, la aportación de valor al hecho cofrade que su disquisición contenga, lo importante es hacerse notar, que se sepa que están ahí, sin reparar siquiera en el efecto perverso y perjudicial que dichas vanas críticas tienen para la puesta en valor de todo aquello que significa la esencia cofrade.

Nadie desprecia un racional y coherente argumento, consecuente con la naturaleza de lo que significa esta conmemoración y su escenificación en las calles de nuestra ciudad, y, aún menos, en este mundo cofrade de tantas filigranas conceptuales, de tanta riqueza espiritual, con tanto arraigo religioso y cultural, más al contrario, siempre es bienvenida cualquier aportación que sirva para exaltar y poner en valor, dentro de la diversidad de enfoques, nuestra amada pasión cofrade.

Por ello, los cofrades, a los que debiera resultar inherente una convicción cristiana, sin perjuicio del resto de vivencias que a cada uno le inspire o reporte este hecho, en tal caso, también para los que lo viven y lo disfrutan desde fuera de esa convicción cristiana, en definitiva, todos, debiéramos reflexionar sobre la inconveniencia de trivializar esta rememoración, o este acontecimiento, según quien y como lo perciba dentro de su plena libertad y convicciones personales.

Lo que nos lleva fácilmente a entender que en ningún caso aporta nada a la preservación del mismo y a su promoción, en todos los ámbitos imaginables, con el importante interés que ambas acciones conllevan para su protección, la visceralidad de los comentarios atinentes a detalles impropios de la naturaleza eminentemente religiosa y cultural que tiene el movimiento cofrade, y que flaco favor hace a todo esto el vano afán de subjetivos protagonismos, de confrontación, o de rivalización entre los propios, quienes a la postre nos llamamos hermanos.

Aunemos esfuerzos, y, aunque podamos tener motivaciones diferentes, propio de cualquier colectivo humano, andemos, cuando menos, en la misma dirección preservadora, en la que, obviamente, siempre cabrá la libertad para hablar y escribir sin vanidades ni escarnios de naturaleza alguna, que, además, llevan a enfrentamientos estériles y perjudiciales; hablemos y escribamos como de manera tan magistral y académica, o, de manera menos académica pero no menos magistral, saben hacer tantos hermanos y personas que valoran la cultura y respetan las creencias y costumbres de un pueblo; desde la razón y experiencia más ilustrada, desde la devoción más espiritual y/o fervorosa, desde la sosegada y racional admiración de la cultura y el arte, desde el corazón más pasional, en definitiva, desde la perspectiva en la que cada uno conciba este hecho, pero siempre desde el respeto y la crítica constructiva.

Creo que esto es de elevada conveniencia para todos los que, por una razón o por otra, admiramos y nos reconforta esta indescriptible experiencia cofrade, y una exigencia para los que la vivimos desde dentro.

Otras noticias de interés

Registrado un terremoto de 2,5 de magnitud al sur del Mar de Alborán

Antonio López

Málaga ultima el montaje del alumbrado de las luces de Navidad en la calle Larios

Bomberos de Málaga en Valencia: «Hemos sentido el calor de la gente»

MH-HOSPITALES