Iglesias y Santiago (IU) se interpelan en redes, mientras Asens descarta discrepancias internas y habla de «distintos matices»
Las distintas ramas de Unidas Podemos han mostrado diferencias a la hora de repartir culpas por el fracaso de la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana que aprobó el PP en 2015, la conocida como Ley ‘mordaza’, dado que por un lado Podemos responsabiliza al PSOE de no ceder a las peticiones de sus socios mientras que Izquierda Unidas y En Comú Podem señalan, por el contrario, a la actitud de ERC y Bildu.
El espacio confederal no ha mostrado una voz unitaria tras decaer la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana, en la sesión de la Comisión de Interior del Congreso, a raíz del voto en contra de las dos fuerzas independentistas a la propuesta de dictamen, que sí han apoyado PSOE y Unidas Podemos.
Una situación que llega además en un momento complejo en el seno de la izquierda, con la llegada de una nueva fase de Sumar de cara a la reconfiguración del espacio progresista, donde las distintos partidos están expresando sus posiciones, y la previsión de que la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, comunique su decisión sobre su candidatura
Los morados ya habían expresado el día anterior su preocupación por la falta de apoyo de los aliados a la iniciativa legislativa y criticaron la posición del PSOE, al que pedía asumir demandas de Bildu y ERC en materia de prohibición de pelotas de goma, desobediencia, faltas de respeto a la autoridad o devoluciones ‘en caliente’.
ACUSACIONES DE «CERRAZÓN»
Y mientras se confirmaba el voto en contra de los independentistas, la líder de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, censuraba la «cerrazón» de los socialistas y les acusaba de buscar «el choque» como con la modificación de la ley del ‘solo sí es sí’.
Una idea en la que ha ahondado tras confirmarse que la derogación decaía en comisión, subrayando que le resulta «incomprensible» la negativa del PSOE a negociar una medida a la que se comprometió cuando estaba en la oposición, a la par que advertía de que el Gobierno de coalición «no puede permitirse desperdiciar así el último año de legislatura».
Misma línea ha expresado el portavoz del grupo parlamentario, que ha afeado al PSOE falta de voluntad y de esfuerzo para intentar atraer a ERC y Bildu, como sí hace para sacar los Presupuestos Generales. A su juicio, esta posición denota que su socio de Gobierno no ha concebido la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana como una «prioridad absoluta».
COMUNES E IU VEN «ELECTORALISMO» EN ERC Y BILDU
Pero mientras que Podemos ponía el foco en el PSOE, la portavoz de En Comú Podem, Aina Vidal, cargaba contra la postura «de máximos» de ERC y Bildu, que han impedido con su voto en contra acabar con una de las «peores normas» que impulsó el Gobierno del PP presidido por Mariano Rajoy. Además, censuraba que ambas formaciones hubieran optado por un «electoralismo» que iba a pagar la ciudadanía «en la calle».
Su compañero de formación y presidente del grupo parlamentario, Jaume Asens, ha achacado «falta de valentía» al PSOE, pero ha centrado los reproches en los grupos soberanistas, a quienes considera los «verdaderos responsables» de impedir que continuara la tramitación de esta derogación a pesar de tener un 98% de acuerdo.
«El electoralismo de ERC y Bildu ha dado la espalda a todos los que llevamos años luchando para derogar la Ley ‘mordaza'», ha añadido Asens, para insistir en que la culpa de lo ocurrido recae también en el PSOE, que ha sido «temerario» al convocar la comisión hoy, pero es más acentuada en estos dos aliados parlamentarios. Así, ha minimizado que haya discrepancias dentro de Unidas Podemos, dado que están diciendo lo «mismo» con distintos matices.
La misma posición que Vidal ha mostrado el ponente del grupo confederal y diputado de IU, Enrique Santiago, que en los días previos ya alertó a estos dos socios habituales del Ejecutivo que sería triste que la derogación fuera tumbada por un par de discrepancias.
IGLESIAS ENTRA EN EL DEBATE
Esta mañana y durante su turno de intervención ha ahondado en esta posición, al proclamar que «ningún demócrata y nadie de izquierda» entendería que la reforma no prosperara, uniendo el sentido del sufragio a la de formaciones como PP y Vox.
Sin embargo, el exvicepresidente Pablo Iglesias ha entrado en el debate través de las redes sociales para manifestar que «hay gente de izquierdas acusando a ERC y a Bildu de que no se vaya a derogar la ley mordaza».
Y aunque respetaba su «buena intención», ha sostenido que es el PSOE el que «nunca» ha querido acabar con la norma y que por eso ha planteado una negociación donde se ha cerrado en banda a las propuesta de sus aliados parlamentarios, como en el caso de la prohibición de las pelotas de goma. Por tanto, ha dicho que cargar las tintas en estas dos formaciones es una «torpeza» y caer en la «trampa» trazada por los socialistas.
A su vez, el propio Santiago ha respondido a un tuit del propio Iglesias sobre un articulo suyo donde exponía que ERC y Bildu tenían razón a demandar la prohibición de las pelotas de goma dentro de esta reforma, para reseñar que la Ley Mordaza «no menciona una sola vez» esta cuestión, que es materia de otras normativas, aunque su grupo ha trabajado para eliminarlas.
«Pero no conseguirlo aún no justifica cuatro años más de Mordaza», ha comentado en alusión a Iglesias, quien a su vez le ha adjuntado su hilo en Twitter sobre sus reflexiones respecto a lo ocurrido hoy en el Congreso.
Luego y en los pasillos del Congreso, Santiago no ha entrado a valorar los criterios dispares y ha afirmado que él no respabiliza a nadie sobre el hundimiento del proyecto legislativo, aunque obviamente «cada uno responde de las opciones que toma».
De hecho, ha lamentado que la formaciones de derechas han celebrado que la reforma no prospere mientras que otras formaciones de izquierda podían haberse abstenido para continuar trabajando en un acuerdo. «No soy quien para criticarlo pero yo no lo habría hecho nunca», ha concluido.
DIFERENCIAS SOBRE A QUIEN PRESIONAR EN LA NEGOCIACIÓN
Fuentes del espacio confederal han explicado que el grupo no presenta diferencias sobre el contenido de los cambios impulsados en la ponencia, que apoyan y de hecho han votado a favor, pero sí admiten que sí hay diferentes criterios sobre a quien se debía presionar en el tramo final.
De esta forma, señalan que mientras que sectores del grupo, como el propio Santiago, optaban por tratar de que ERC y Bildu se avinieran a los cambios ya consensuados y buscar compromisos posteriores en otras materias, como las pelotas de goma, el ala morada opinaba que había que reclamar que el PSOE se acercara a las tesis de sus socios.
Así, evocan lo ocurrido con la reforma laboral y la posición firme que mostraron tanto los republicanos como los abertzales, unido a un panorama electoral de cara al 28M, decantaron a Podemos a demandar que el PSOE diera alguna concesión a sus aliados para salvar la ponencia.
Mientras tanto, Asens ha exhortado a evitar que ocurra una situación similar con la Ley de Vivienda, dado que no pueden perder la oportunidad de conseguir un amplio acuerdo para poder aprobarla esta legislatura.