España asume desde este sábado la presidencia del Consejo de la Unión Europea. Entre el 1 de julio y el 31 de diciembre, será el Estado miembro encargado de coordinar los debates entre los 27 para llevar adelante la agenda durante los próximos seis meses. Será la quinta vez que España asuma ese cargo: antes lo hizo entre enero y junio de 1989, solo tres años después de entrar en lo que hoy es la UE; después repitió en 1995, en 2002 y en 2010
Los Estados miembros de la UE asumen la Presidencia del Consejo por turnos de seis meses según un sistema de rotación igual y orden determinado (en la actualidad, Decisión 2016/1316 del Consejo). El Tratado de Lisboa creó la figura de los Tríos, grupos informales de tres Presidencias que se coordinan para dar continuidad a los trabajos a lo largo de dieciocho meses. España inaugurará, como en 2010, un Trío que completarán sucesivamente Bélgica y Hungría a lo largo de 2024.
Durante su semestre, corresponde a los representantes del Estado miembro presidir nueve de las diez formaciones del Consejo – la excepción es el Consejo de Asuntos Exteriores – y sus órganos preparatorios: el Comité de Representantes Permanentes (COREPER) y la gran mayoría de los grupos de trabajo. Entre los deberes de la Presidencia, se encuentran: el impulso de los trabajos del Consejo elevando propuestas y organizando las reuniones necesarias, la búsqueda de consensos que defiendan los intereses generales y la representación institucional de todos los Estados miembros en ciertas instancias.
La Presidencia española de 2023 se desarrollará en el último tramo del ciclo institucional europeo, antes de las elecciones al Parlamento Europeo previstas para mayo de 2024 y el posterior nombramiento de una nueva Comisión. En consecuencia, España tendrá una particular responsabilidad de culminar las negociaciones de gran número de expedientes abiertos en las grandes líneas de trabajo de la Unión: transición ecológica, transformación digital y agenda social. Asimismo, las iniciativas que España impulse tendrán una incidencia en el siguiente ciclo europeo.
A lo largo de los últimos años, la Presidencia ha desempeñado un papel coordinador muy valioso en la gestión de crisis, facilitando la reacción ordenada y de unidad europea. Cada Presidencia debe contar con la suficiente flexibilidad para adaptarse a la respuesta que la Unión debe dar a las crisis que puedan surgir.
La Presidencia del Consejo se enmarca en el estado de los debates en curso en la Unión, pero el Estado miembro retiene la capacidad de señalar como prioritarios los ámbitos en los que considera que debería concentrarse mayor atención. Estas prioridades, habida cuenta del desarrollo de los expedientes legislativos y de la coyuntura en la que comience el semestre, se encapsulan en el Programa que se presenta poco antes del inicio de la Presidencia. España deberá presentar formalmente su programa en el Consejo de Asuntos Generales de junio de 2023.
Con dos años de antelación, todos los Ministerios en España comenzaron a preparar la Presidencia en sus ámbitos competenciales. Con el objetivo de preparar y ejercer una Presidencia ambiciosa, realista y sostenible, se han creado las necesarias estructuras de coordinación:
– El Comité Organizador de la Presidencia española del Consejo de la UE (R.D. 41/2022), presidido por el Ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación y en el que están representados todos los Ministerios, articula la necesaria coordinación interdepartamental.
– La Oficina de Coordinación para la Presidencia española de la UE (R.D. 945/2021), a la que le corresponden las funciones de preparación, planificación e impulso de las actividades necesarias para la organización de los eventos relacionados con la Presidencia.
– La Secretaría General para la Unión Europea (R.D. 267/2022), que desde su adscripción orgánica de la SEUE desempeña una labor activa de coordinación con todos los Ministerios en la identificación del contenido de la Presidencia, seguimiento de expedientes y fijación de posición en estrecho contacto con la Representación Permanente de España ante la UE y las Embajadas de España en Estados miembros.
La Presidencia tendrá una de sus expresiones más visibles en la organización en España de Reuniones Informales Ministeriales. Se trata de una práctica establecida por la que el Estado miembro de Presidencia acoge reuniones de las formaciones del Consejo o de un tema particular. El Pleno del Comité Organizador adoptó el 6 de julio la lista de ciudades españolas que acogerán reuniones, atendiendo a un criterio de equilibrio regional, acercando a la UE la riqueza y la diversidad de las Comunidades Autónomas.
Al acercarse el comienzo de la Presidencia española del Consejo de la UE, la Representación Permanente en Bruselas va incrementando sus funciones. El Embajador Representante Permanente, el Embajador Representante Permanente Adjunto y los Consejeros serán los encargados de asumir las funciones de preparación y presidencia de reuniones, negociación de textos y propuesta de acuerdos. La Presidencia en ejercicio se apoya en la Secretaría General del Consejo, el órgano administrativo que asegura la continuidad de los trabajos y asesora técnica, jurídica y logísticamente.
La Presidencia del Consejo de la Unión es un ejercicio de participación en la integración europea que va más allá de la Administración General del Estado y que debe implicar a las Cortes, las Comunidades Autónomas y Entes Locales, el mundo académico y la sociedad civil.
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