Investigadores de los centros oceanográficos de Málaga, Illes Balears y Servicios Centrales del Instituto Español de Oceanografía (IEO, CSIC) en colaboración con el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) y el Sistema de Observación Costero de las Islas Baleares (SOCIB) han constatado que el Mediterráneo está aumentando su temperatura y salinidad en todo su rango de profundidad, desde la superficie hasta las capas más profundas, así como el intenso ritmo al que aumenta la temperatura de las aguas superficiales.
El IEO lleva desde 1992 monitorizando las aguas mediterráneas que bañan las costas incluyendo el archipiélago Balear. En la actualidad, esta monitorización se realiza bajo el paraguas del programa de observación Radmed: Series Temporales de Datos Oceanográficos en el Mediterráneo, financiado por el propio IEO.
En 2022, al cumplirse los 30 años del inicio de estas actividades en el Mediterráneo, el Grupo Mediterráneo de Cambio Climático (GMCC) del IEO inició el proyecto de revisar y analizar toda la información obtenida a lo largo de estas tres décadas para realizar una evaluación rigurosa de los cambios que está sufriendo el Mediterráneo, han indicado en un comunicado.
Así, para completar esta información se contó con la colaboración de otras instituciones que también mantienen sistemas de observación en el Mediterráneo como son el ICM-CSIC y el SOCIB, a la par que se recopilaron datos existentes en bases de datos internacionales.
Entre los resultados más notables que se recogen en este trabajo y que se han publicado en la revista ‘Journal of Marine Science and Engineering’ se encuentra la comprobación de que el Mediterráneo está aumentando su temperatura y salinidad en toda la columna de agua, desde la superficie hasta las capas más profundas.
Han destacado, asimismo, el acusado ritmo al que aumenta la temperatura de las aguas superficiales, el cual varía entre los 2ºC/siglo en el mar de Alborán, hasta cerca de los 3ºC/siglo en la costa catalana de L’Estartit.
De igual modo, han podido medir el ritmo al que las aguas absorben calor, siendo este ritmo similar al de otras partes del planeta (0,46 W/m2). Se ha puesto de manifiesto que la intensidad y la frecuencia de las olas de calor marinas han aumentado de forma importante en los últimos 30 años.
Así, se confirman los resultados publicados recientemente por este mismo grupo de investigación, en los que se mostraba un aumento del nivel del mar en torno a los 2,8mm/año, con una intensificación de estas tendencias desde principios de la década de 1990.
«Trabajos como los realizados durante más de 30 años en el marco del programa Radmed permiten obtener series históricas de datos con las que es posible evaluar el estado de salud del Mediterráneo y los efectos del cambio global en sus ecosistemas», ha explicado Manuel Vargas, investigador del Centro Oceanográfico de Málaga y primer autor del trabajo.
El estudio ha sido cofinanciado por la Unión Europea a través del Fondo Europeo Marítimo de Pesca y Acuicultura (Fempa) dentro del Programa Nacional de recopilación, gestión y uso de datos del sector pesquero y el apoyo al asesoramiento científico en relación con la política pesquera común; el proyecto Horizonte 2020 EuroSea No. 862626; y el proyecto Malacca del Plan Nacional de Infraestructura.