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Especialistas de Vithas advierten de las principales lesiones por el uso negligente en motos de agua

Las lesiones en la zona de la cabeza, columna vertebral u otras de menor gravedad como cortes y abrasiones son algunas de las patologías más frecuentes que abordan los profesionales sanitarios, «y que suelen ser fruto de un uso negligente y a veces temerario de las motos de agua».

Así lo han asegurado desde Vithas Málaga en un comunicado, apuntando que «en los últimos años han proliferado el número de motos acuáticas que surcan las playas de nuestro país, tanto las de uso privado como aquellas que se pueden alquilar por franjas de tiempo a través de empresas de aventura» y han instado a «seguir siempre las instrucciones de los profesionales y tener a la prevención y el sentido común como principales compañeros de viaje».

Han incidido en el «plus de adrenalina y diversión» de las motos de agua debido a la velocidad, elemento que «debe tenerse en cuenta a la hora de prevenir posibles lesiones», apuntando que «si bien estas pueden evitarse en gran medida siguiendo las instrucciones de los profesionales y empresas que las alquilan, su uso imprudente o negligente por parte de los usuarios puede conllevar sustos y, en el peor de los casos, lesiones de diferente gravedad».

Entre los grupos de lesiones más frecuentes se encuentran las de índole neurológica y traumatológica, según los doctores Maximiano Lombardo y Luis De Miguel Pueyo, traumatólogo y neurocirujano del Hospital Vithas Málaga, respectivamente, que han repasado los daños principales por el uso imprudente de motos acuáticas.

Para evitar las fracturas en huesos o articulaciones de brazos, piernas, cuello y cabeza «es importante navegar dentro de tus propias habilidades, sin sobrepasarse», han apuntado, así como «evitar la costa y el terreno rocoso, conducir a una velocidad prudente, especialmente si hay pasajeros, y portar un equipo de protección adecuado».

En cuanto a las lesiones en la cabeza, los especialistas han señalado que pueden producirse desde heridas superficiales en cuero cabelludo con sangrado abundante que pueden requerir sutura quirúrgica, a fracturas craneales lineales que no requieren tratamiento o fracturas complejas o con hundimiento de fragmentos intracraneales que requieran cirugía y reconstrucción.

También fracturas en extremidades inferiores o superiores, que son «relativamente frecuentes a nivel de escafoides o del primer metacarpiano de la mano por el traumatismo contra el manillar de la moto»; mientras que otras menos frecuentes y provocadas por caídas, pueden afectar a otras partes como muñeca, codo, húmero o tibia-peroné, ha recordado el doctor Lombardo.

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Asimismo, las fracturas vertebrales traumáticas más frecuentes son las cervicales y lumbares, «y pueden conllevar lesión de la médula espinal o de los nervios, afectando la transmisión de señales nerviosas y dando lugar a parálisis parcial o completa de las extremidades».

«Este tipo de lesión es muy grave y precisa de tratamiento urgente hospitalario por un neurocirujano. Habitualmente precisan de descompresión de médula y nervios urgente, así como de estabilización con un sistema de fijación. Posteriormente necesitarán de rehabilitación especializada», ha afirmado el doctor De Miguel.

Este mismo neurocirujano ha explicado que «el impacto directo en el cráneo a alta velocidad, ya sea en el agua o en otro tipo de superficie como rocas, puede producir hemorragias traumáticas intracerebrales o en la vecindad del cerebro (hematomas epidurales o subdurales) que pueden ser muy graves, incluso mortales, y requerir cirugía craneal urgente o diferida».

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En este punto, el doctor Lombardo se ha referido también a «las sacudidas violentas pueden provocar un latigazo cervical, el cual implica un rápido movimiento de la cabeza y cuello, pudiendo dañar los ligamentos cervicales y dando lugar a contracturas de la musculatura paravertebral cervical, a veces de difícil resolución».

Asimismo, las maniobras «bruscas» y los impactos recibidos en este tipo de embarcaciones «pueden provocar la herniación del disco intervertebral o el empeoramiento de una lesión discal previa, pudiendo generar dolor, entumecimiento y debilidad en las extremidades».

Por último, pueden producirse heridas por cortes o abrasiones «provocadas, fundamentalmente, por la misma moto acuática, o por golpearse con rocas o estructuras marítimas», ha concluido Lombardo.

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