El pleno del Ayuntamiento de Málaga ha aprobado este miércoles declarar persona non grata al expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, a raíz del beso no consentido a la jugadora de fútbol femenino cuando la Selección española ganó el mundial de Australia.
La iniciativa ha sido presentada por el grupo municipal Con Málaga y, además del rechazo a Rubiales, incluye la puesta en marcha de un plan municipal para al eliminación de las masculinidades tóxicas y la igualdad efectiva en el deporte malagueño. Todo ello ha salido adelante con los fotos favorables de la coalición de izquierdas y PSOE, la abstención del PP y los dos votos en contra de Vox.
La propuesta ha sido muy criticada por la bancada ‘popular’ después de que Con Málaga tachara de «irrelevante» la moción urgente del PP para rechazar una posible amnistía, al no considerarla un asunto de interés municipal. El debate ha enfrentado especialmente a la portavoz de Con Málaga, Toni Morillas, con la portavoz ‘popular’, Elisa Pérez de Siles.
Morillas ha presentado su moción mostrando su apoyo a las jugadoras de fútbol y al movimiento #SeAcabó, y asegurando que la denuncia tras el beso de Rubiales «ha evidenciado las profundas desigualdades que las mujeres vienen sufriendo».
En este sentido, Morillas se ha querido pronunciar por un caso más reciente y cercano, ocurrido en Málaga: la detención de un cura en Vélez-Málaga por la presunta comisión de agresiones sexuales a varias mujeres; y ha exigido la dimisión del Obispo de Málaga tras «conocerse que tenían conocimiento de los delitos y no se tomó ninguna medida y se puso en riesgo a la población con su trasladado de Melilla a Málaga».
Pérez de Siles ha tachado la propuesta de «populista y demagoga», advirtiendo que viene de un partido que es «responsable de una de las leyes más nefastas para las mujeres españolas víctimas de depredadores sexuales», la del Solo sí es sí, y que como directora de Igualdad del Gobierno es «corresponsable» de la rebaja de condenas y excarcelaciones a agresores sexuales. Así, le ha pedido que no den lecciones de feminismo ni de políticas de igualdad.
Además, ha relatado una serie de motivos por los que Rubiales «ya era persona non grata para nosotros, mientras su gobierno callaba» como, por ejemplo, que su padre había sido alcalde de Motril y delegado de Empleo en el tiempo de los fondos ERE de Andalucía.
Ante estas palabras, Morillas ha invitado entonces a la ‘popular’ a que voten a favor de la moción; algo que no ha conseguido. La portavoz de Con Málaga ha criticado que en materia feminista el PP «se ha opuesto siempre a los principales avances que se han producido en este país» y se ha mostrado orgullosa de que el Gobierno de coalición sea el que «más presupuesto ha dedicado a la violencia de género y que ha creado un marco normativo para la mujer que no sólo se ciñe al ámbito de la pareja o expareja».
Por parte del PSOE, Rosa del Mar Rodríguez ha asegurado que el beso de Rubiales «fue un cursillo acelerado de machismo rancio y casposo» en el que llega a invertir los papeles, la obliga y la presiona para que niegue la realidad. «Rubiales es el resumen de cualquier caso de violencia de género; esto es lo que hay detrás de la historia de más de 40 mujeres asesinadas». Pero, ha continuado, «la sociedad ha respondido y Jenni no está sola».
También se ha dirigido la socialista al PP para recriminarle que en materia de igualdad «lo único que pueden hacer es agachar la cabeza y aguantar el chaparrón; no pueden sacar pecho de nada», recordando sus pactos con Vox. Pérez de Siles les ha pedido a los socialistas avergonzarse «cuando sus líderes han consumido el dinero de los parados en prostíbulos» y ha defendido que el Ayuntamiento de Málaga «es pionero» en políticas de igualdad.
Desde Vox, la edil Yolanda Gómez también ha aludido a la Ley del Sólo sí es sí y ha pedido la dimisión del equipo de Gobierno de España al igual que pasó con Rubiales. La concejala se ha preguntado si las políticas de género del Gobierno central están haciendo efecto al advertir de que los casos de violencia han aumentado, y ha defendido que «Vox es el único partido que apoya verdaderamente a las víctimas porque exigimos las máximas penas para los agresores».