Los abogados socios de Iureko Abogados y Economistas, Cecilia Franco Romero y José María Ortega Segura, han asegurado que la irrupción de la inteligencia artificial en el mundo del derecho «va a traer beneficios», como la agilización de procesos, al tiempo que han destacado algunos perjuicios y desafíos de uso, entre ellos la propiedad intelectual o la contratación de jóvenes. Abogados alertan que el uso de la IA puede afectar a la contratación de jóvenes y generar problemas de autoría. Así se han manifestado en unas declaraciones realizadas con motivo de su participación y dirección, junto con el socio de Troncoso & Gordon Abogados, Juan Luis Gordon Fernández, del curso de verano ‘Aplicación de la inteligencia artificial en el mundo concursal y societario’, que ha comenzado este jueves en la sede de la Universidad Pablo de Olavide en Carmona.
Abogados alertan que el uso de la IA puede afectar a la contratación de jóvenes y generar problemas de autoría
Por un lado, Ortega Segura ha detallado que «va a beneficiar porque se van a agilizar todos los procesos de creación de contenido, y los abogados podrán redactar contratos o solucionar problemas de forma más rápida», pero, por otro, ha advertido que «puede perjudicar a la hora de contratar a gente joven, ya que antes te ayudaban a buscar contratos o a redactarlos y ahora eso lo hace la inteligencia artificial».
Franco Romero, por su parte, ha añadido que cree que «las instituciones no están preparadas y no son conscientes de lo que esto conlleva», aunque opina que «somos los particulares los que tenemos que estar pendientes de este fenómeno, estudiarlo y evolucionar con él» porque sino, «nos quedaremos atrás». Su compañera, además, ha agregado que «la IA en Europa tiene que evolucionar más, porque desde aquí se están intentando poner trabas e intentar regularizar mucho su», al tiempo que ha matizado que cree que esto se debe «al miedo a lo desconocido».
«Ahora mismo, le das al ChatGPT, pones la demanda, y en menos de ocho segundos tienes hecho el encabezado de la misma», ha explicado la directora del curso, aunque también ha querido destacar que «a pesar de que este tipo de facilidades puedan reducir el número de personas en un despacho, siempre van a hacer falta trabajadores que supervisen la labor de las máquinas» y que «el toque propio que tiene cada uno no lo puede sustituir la tecnología».
Por último, han expuesto los problemas de autoría que puede traer el uso de la inteligencia artificial. «Va a haber un gran conflicto en la propiedad intelectual», ha asegurado el abogado. «La demanda que haga la IA, ¿de quién es? ¿Del que firma el documento, de la máquina que ha hecho la demanda?, ha reflexionado su compañera y que «eso va a tener que decidirlo el registro de la propiedad», ha asegurado para concluir.