Coincidiendo con la celebración del Día Mundial del Teatro, este 27 de marzo, los alumnos de la Escuela Superior de Arte Dramático de Málaga (ESAD) protagonizaron ayer una manifestación con una sentada en las puertas del centro de interpretación para denunciar un descontento generalizado contra la directiva y su gestión.
Antonio Parejo, miembro del Consejo Estudiantil de ESAD Málaga, asegura que «la situación es insostenible y aquí nadie nos escucha». A través de un manifiesto, los estudiantes plasmaron su descontento, tratando temas que les atañe en distinta índole.
Por un lado, denuncian en su manifiesto que la convocatoria de becas que se estableció en 23/24, la cual sigue vigente para las enseñanzas artísticas, propone que los créditos reconocidos fuera de las asignaturas curriculares no sean válidos para el cómputo de créditos necesarios para obtener la tipificación de matrícula completa y afecta por ende a la cuantía de la beca general. «Esta circunstancia priva a los alumnos a recibir su beca ya que no se les reconoce sus prácticas. Los créditos que la misma ESAD oferta deben ser válidos para el cómputo de créditos a la hora de la convocatoria de becas también», afirma, Antonio Parejo.
Otro de los puntos candentes del manifiesto es que el alumnado del centro no ve con buenos ojos que se oferten plazas para personas con diversidad funcional, y que sin embargo, las enseñanzas no estén dignamente adaptadas para este colectivo de alumnos. «No es una verdadera inclusión en la práctica, ya que, a la hora de examinarse, a los alumnos con estas características se les aplica el mismo baremo y exigencia que a un alumno convencional -expresión artística y corporal-, por lo que no aprueban, ya que no pueden llegar a nuestro mismo nivel debido a sus limitaciones, y finalmente abandonan sus estudios», apunta Parejo.
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La capacitación del profesorado también se pone en tela de juicio. El manifiesto de los estudiantes asegura que el profesorado enviado por la bolsa «no se encuentra cualificado para impartir determinadas asignaturas como los profesores de Danza y Flamenco en el itinerario de Musical». Así, insisten que ante sus quejas, «el mensaje recibido por el alumnado es que la calidad del docente se sujeta a una arbitrariedad y nunca a un sistema unido y compacto de docencia que vele por la calidad educativa». Se normaliza así, según los estudiantes, que los alumnos lleguen a cuarto no habiendo recibido formación esencial de la carrera.
La falta de comunicación entre el alumnado y la dirección es otro de los escollos. Así, los estudiantes en su manifiesto aluden a que «con las medidas y los procesos burocráticos del propio centro, tanto desde la dirección como desde la administración del centro educativo» no hay una información clara y directa por lo que «la comunicación falla constantemente».
«No paremos hasta que nos escuchen»
En este contexto de descontento los alumnos aseguran: «No pararemos hasta que nos escuchen». Con esta primera manifestación, el alumnado paró las clases y protagonizó una sentada, con la intención de hacer notar las situaciones irregulares que viven en el aula y que la directiva denuncian que ignora. El manifiesto de los estudiantes concluye con que «esto no es un ataque a ninguna entidad (…) sino una manera de mostrar la unión del alumnado frente a la preocupación por su formación».
Este medio se ha puesto en contacto con el director de ESAD Málaga, Francis Sánchez, para saber la versión del centro, pero aunque hemos sido atendidos telefónicamente de manera muy amable por el personal, no nos ha sido posible hablar con la dirección.
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