Tras la huelga del pasado 2 de enero para mostrar su descontento con la nueva regla europea que reduce y limita su actividad, el sector del arrastre de Málaga y resto de Andalucía ya cuenta con una nueva fecha clave para sus aspiraciones: el 15 de enero.
Tal día está previsto que tenga una reunión en Madrid entre consejeros de pesca y el Gobierno en la que los pescadores andaluces van a reclamar medidas que mitiguen los efectos de la decisión de la Comisión Europea, que contempla que los arrastreros pasen de faenar de los 130 días actuales a 27 días al año.
Tras las negociaciones y reclamaciones llevadas a cabo en el seno europeo por el Ministerio de Pesca y Agricultura, el sector da casi por hecho que esta nueva regla no va a modificarse. Sí que es cierto que a la decisión inicial se le consiguió arrancar algunas alternativas, como la implementación de medidas medioambientales a cambio de más días de trabajo, el problema es que el arrastre no cuenta con presupuesto suficiente para aplicarlas.
Los pescadores de Málaga podrán salvar el arrastre si cumplen medidas medioambientales «a elegir»
Por este motivo, la demanda de los arrastreros en estos momentos se enfoca en esas ayudas, que el Gobierno podría suministrar para que los pescadores puedan encontrar rentabilidad en su trabajo: «Andalucía irá con la mejor de las disposiciones a alcanzar buenos acuerdos», ha asegurado el consejero andaluz de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, Ramón Fernández-Pacheco, que valoró en su momento los esfuerzos del Ministerio por alcanzar un buen acuerdo.
Pacheco ha destacado que el objetivo de la reunión del próximo 15 de enero no es otro que «garantizar la financiación suficiente por parte del Ministerio» para que la flota pueda aplicar esas mejoras en su barcos y, de esta forma, aumentar las jornadas de pesca.
Medidas medioambientales
Dado que la decisión de la Comisión parece irrefutable, la reclamación del sector es lograr financiación para poner en marcha esas medidas medioambientales y de reducción de impacto. Estas incluyen el uso de puertas voladoras, la imposición de vedas o el cierre temporal de ciertas zonas con el fin de proteger a las especies cuya recuperación es de máxima preocupación para Europa, como los alevines de merluza y la gamba roja.
«Haremos lo que esté en nuestra mano para que el sector pueda sobrevivir», ha afirmado Pacheco, que ha insistido en la necesidad de proteger a un gremio que conforma la «propia identidad del litoral» y que es estratégico para Andalucía al ser sustento de más de 5.000 familias.
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