Los agricultores del Valle del Guadalhorce tenían todas sus esperanzas puestas en el cielo. Era la única forma de garantizar que parte de su cosecha pudiera sobrevivir, a pesar de las pérdidas de estos últimos años por la extrema sequía que atraviesa la provincia. El agua ha llegado, pero no como a ellos ni al resto de la ciudadanía le hubiera gustado. La DANA ha azotado gran parte de las parcelas de cultivo de esta comarca y ahora sus regantes lamentan los daños.
Juan Mota es uno de los agricultores afectados en Cártama: “Esto es un desastre, como las administraciones no limpian el río, tenemos ahora en nuestros cultivos todo lo que arrastra”, explica mientras observa cómo han quedado sus cítricos, partidos y destinados a la pérdida.
“La cosecha iba a ser un 30-40% menor por culpa de la sequía y ya hemos calculado a simple vista que habrá que sumarle otro 30% por la crecida del río Guadalhorce”, añade Juan Bedoya, responsable provincial de cítricos de COAG en Málaga, quien añade que los nueve hectómetros de agua que han tenido en la comarca para este último año hidrológico no han servido de ayuda.
Importaciones
Este año lo han comenzado, en cambio, con aún menos hectómetros cúbicos de agua. “Eso va a ocasionar que haya menos jornales, a lo que se suma el problema de que empiecen a importar fruta de fuera, a esos precios y con unos fitosanitarios que nosotros tenemos prohibidos y ellos no”, señala Bedoya quien, junto a Mota, solicita a las administraciones que declaren la zona catastrófica, así como algunas ayudas para poder llevar los cultivos a donde los tenían.