Los profesores de la Universidad de Sevilla Antonio Gámiz Gordo, Daniel Antón García y Pedro Barrero Ortega han publicado un artículo en el que analizan y recrean digitalmente, por primera vez con rigor científico, la desaparecida Puerta de la Carne en Sevilla. Los autores proponen la reconstrucción material de esta joya arquitectónica.
Según ha informado la US, Sevilla se encontraba en el siglo XVI en pleno apogeo y decidió entonces renovar las puertas medievales de su recinto amurallado con un lenguaje arquitectónico renacentista, evocando a los arcos triunfales a la romana, como símbolo de modernidad. Para ello, se siguió un informe de 1560 de Hernán Ruiz Il, el prestigioso arquitecto que coronó la Giralda.
Los autores proponen la reconstrucción material de esta joya arquitectónica
La Puerta de la Carne se ubicaba junto al barrio de la Judería y cerca del matadero de la ciudad. Asensio de Maeda dirigió la ejecución de la obra hacia 1577. Sin embargo, a mediados del XIX sería considerada como un obstáculo urbano y, por ello, fue demolida en 1864, al igual que ocurrió con otras destacadas puertas de la ciudad, como la Puerta de Triana, la Puerta Real o la Puerta de Carmona.
Para documentar e ilustrar las transformaciones arquitectónicas y urbanas de la Puerta de la Carne, se han reunido y analizado por primera vez importantes imágenes históricas de Bambrilla (1585-1588), Hoefnagel (1598), Olavide (1771), Hurtado (1786), un óleo anónimo, Ford (1831), Domínguez Bécquer (1838) y Vigier (1851), entre otras.
Una fotografía comercializada por Gaudin Frères ha servido como base de la reconstrucción 3D. Además, se han consultado tratados de arquitectura del siglo XVI para croquizar los detalles de su composición. Un plano de alineaciones urbanas de finales del XIX ha permitido precisar su posición con el respaldo del escaneado láser 3D del entorno actual. Para integrar y visualizar el material gráfico se han usado técnicas de motor gráfico de videojuegos.
Finalmente, esta investigación trata de poner en valor un importante patrimonio arquitectónico y abre la posibilidad de reconstruir con rigor científico la Puerta de la Carne. Esta propuesta podría pasar del dibujo a la realidad en un futuro próximo, como símbolo de identidad y fuente de progreso para la ciudad.
