La jornada de este martes trae consigo una primera entrevista en exclusiva a uno de los jugadores más cotizados del Unicaja. Se trata de Olek Balcerowski, uno de los flamantes fichajes del conjunto cajista en este pasado mercado veraniego, quien rompe su silencio en el programa de ‘Zona Verde’, de 101 Televisión. El pívot polaco habló sobre cómo se fraguó su incorporación y de qué forma se ha integrado junto al resto de sus compañeros en el vestuario verde y morado.
Adaptación a la ciudad y al equipo: «Cada vez estoy más habituado a estas instalaciones . Sinceramente, es bastante fácil adaptarse, me ayudan mucho mis compañeros. Además, sé el idioma y eso ayuda mucho. Vivo a diez minutos del Carpena, concretamente, en Torremolinos, donde viven los jugadores. Ibon vive cerca. Estoy a cinco minutos de su casa, aunque no creo que esté tan cerca como para controlarnos», comentaba entre risas.
Su complicado fichaje por el Unicaja, que acabó cerrándose tras un sinfín de complicaciones: «Mi verano ha sido una montaña rusa, iba a venir aquí en un principio en pretemporada para empezar con el equipo. Sin embargo, el Panathinaikos decidió que me quedase y comencé con ellos. Tras la gira, me volvieron a comunicar que si quería irme, que lo hiciese. Cuando me lo dijeron, no me lo pensé dos veces.»
Una llegada cargada de títulos
Una temporada espectacular en lo colectivo y compleja en lo personal: «Ganamos la Euroliga y la liga griega. En el plano personal, el año no ha sido como me gustaría, porque no he jugado mucho durante la temporada. Me quedo con los trofeos, que siempre son importantes. Con Ataman, cada vez estuve más acostumbrado a él. El segundo año de pretemporada ya sabía lo que me iba a esperar. Cada entrenador tiene sus cosillas, tienes que ir adaptándote».
Un gran arranque en su nueva etapa en España: «Nada más llegué aquí, hemos ganado dos títulos. Estoy súper contento por mí también, y es que no gané nada cuando estuve en el Gran Canaria y ahora lo he conseguido, así que feliz. Me falta la BCL, la liga y la copa, puede ser un año bonito. De baloncesto no me ha pedido nada todavía. Estoy haciendo lo que yo puedo hacer y por ahora es lo que me pide Ibon. Por ahora no me pide lo contrario, así que sigo así».
El Gran Canaria, un equipo especial para el polaco: «Tenía 12 o 13 años cuando fiché allí. Los primeros dos años fueron muy duros, no conocía el idioma y no tenía a mis padres. Cada vez me fui adaptando mejor a la situación. Me han ayudado a sentirme como en casa, por eso siempre diré que ese sitio es mi hogar. En ese aspecto, soy canario ya. En menos de seis meses estuve hablando bastante bien. Cuando te tiran en aguas grandes tienes que aprender más rápido. Mi inglés era bueno, pero no tenía la confianza, por eso quise aprender cuanto antes el castellano».
Su episodio en Granada, donde el árbitro señaló técnica, en ojos del protagonista: «He visto la repetición y me da en la cabeza. También es cierto que me doy en la cabeza con el tablero, pero primero me da en la cara, por eso me enfadé. Son cosas del momento, después se pasó rápido».
Por último habló sobre la NBA, el objetivo de todo jugador de baloncesto: «Es un reto que tenemos cada jugador, quiero centrarme en el día a día. No me gustaría ponerme metas a futuro, tengo que centrarme en jugar, sentirme bien en la cancha y ver hasta dónde puedo llegar.
