El Real Betis Balompié no pudo pasar del empate ante el Vitoria de Guimaraes en la ida de los octavos de final de la Conference League. Los verdiblancos se adelantaron en dos ocasiones, liderados por un Isco magistral, pero vieron como los lusos igualaban hasta en dos ocasiones. La vuelta en tierras lusas decidirá la eliminatoria.
Rotaciones en varias posiciones, unas por obligación y otras, probablemente, buscando descansos o dar alternativas. Así planteó Manuel Pellegrini el primer duelo de la eliminatoria ante el Vitoria de Guimaraes. Vieites ocupaba la portería en detrimento de Adrián San Miguel como viene siendo habitual en Conference, mientras que en la defensa había hasta tres permutas. Aitor Ruibal, Natan y Perraud cogían el testigo de Sabaly, Llorente y Ricardo Rodríguez. Bakambu asumía el encargo del gol, toda vez que Cucho Hernández no está disponible en este torneo, y el chileno mantenía intacto el doble pivote Altimira-Cardoso y la línea de tres por delante con Antony, Isco y Jesús Rodríguez.
Los visitantes se adueñaron del balón desde el primer minuto. No era lo que estaba en el guión verdiblanco y se les notaba a los jugadores. Por suerte, ese dominio inicial se tradujo en acercamientos pero no ocasiones. A partir del minuto diez, ya se entonaron los de El Ingeniero. Las internadas de Antony y Jesús Rodríguez demostraron rápido que los locales eran superiores en calidad y había que aprovecharlo. Precisamente una escapada por banda del canterano de Alcalá propició un córner que, a la postre terminaría en gol anulado de Bakambu.
El congoleño resolvía un balón suelto en el área pequeña pero el árbitro, y después el VAR, marcaban posición incorrecta. Sacudido el dominio luso inicial, los verdiblancos tomaban la manija de choque. Defendiendo bien las acometidas del Vitoria y generando peligro en cada penetración por las bandas. Además, la presión alta comenzó a generarle problemas en la salida de balón al combinado de Freire, que vio como su portero sacó una mano prodigiosa para evitar que Bakambu inaugurara el marcador con un gran testarazo. La gran intervención del capitán Varela no hizo sino espolear aún más a la afición del Real Betis, que no paraba de cantar a pesar de la lluvia que azotaba por tramos el coliseo verdiblanco.
El peligro del Vitoria casi siempre venía por la banda derecha, la defendida por Perraud. El francés se prodigaba bien en ataque pero sufría considerablemente cada vez que Úmaro Embaló le encaraba. Los de Guimaraes no le perdían la cara al partido, bien posicionados, con buen manejo de la pelota y verticalidad cada vez que podían salir al espacio. En uno de esos ataques fulgurantes, Heverton se quedó sólo ante Fran Vieites tras un pase magistral de Joao, aunque por suerte para los intereses sevillanos su disparo no cogió portería.
Ambos equipos intercambian ataques prometedores en cuanto el rival dejaba alguna parte desguarnecida pero no atinaban a la hora de definir. Jesús Rodríguez era un incordio constante para la zaga visitante, cada vez que el esférico iba a parar a sus botas pasaban cosas. También cuando el balón llegaba a Antony que, siendo más intermitente, tuvo una buena ocasión antes del descanso pero su intento a puerta, con resbalón incluido, se marchó muy desviado.
Los goles llegaron en la segunda mitad
Tras el asueto, llegó la locura en el inicio del segundo acto. Primero, el balón fue a parar a los pies del mago de Arroyo de la Miel, Isco Alarcón. Regate para dejar sentado a su par y avanzar desde el centro del campo, abriendo a banda para que él mismo peinara de cabeza el centro, quedando el esférico muerto en el área pequeña y aprovechándolo Cedric Bakambu, como advertía en la previa, para hacer el primero. Esta vez sí subió al marcador. Gran olfato de gol del ariete, que estuvo eléctrico para ser el más listo de la clase introduciendo el balón en el fondo de la red.
La alegría verdiblanca duró dos minutos. Lo que tardó Joao Mendes en igualar con un golazo desde la frontal del área. Extraordinario tanto del 17 del Vitoria, que paró el balón, miró a la portería y colocó un zapatazo fuera del alcance de Vieites. Golpe por golpe. Había mucha calidad e igualdad sobre el verde, y los dos equipos parecieron ponerse de acuerdo en el acierto.
La magia de Isco Alarcón
El duelo adquirió velocidad de crucero. La conexión Isco-Bakambu volvió a aparecer al boder de minuto 60, cuando el congoleño remató de forma magistral un pase del malagueño con un taconazo que se estrelló en el poste, llegándole el rechace al propio propio futbolista bético, cuyo nuevo disparo lo atajó Varela esta vez. Achuchaba el Betis y Pellegrini quiso poner aún más calidad en el campo dando entrada a Pablo Fornals.
El choque entró en una fase igualada, ambos equipos querían sobreponerse a su rival pero el ritmo de ocasiones bajaba…hasta que volvió a aparecer el mejor futbolista de los 22 que pisaban el césped del Benito Villamarín. Un pase atrás de Ruibal desde la banda derecha encontraba a Isco Alarcón en el punto de penalti que, de primeras, colocaba en el fondo de la red un sutil disparo raso con la categoría que solo tienen los elegidos. 2-1.
Estando a su máximo nivel, es un jugador absolutamente diferencial y de clase mundial. Es el alma de este equipo porque, no solo mejora cada jugada en la que participa, jalea a la grada, anima a sus compañeros, pide ovaciones para los cambios…en otras palabras, Isco Alarcón es una bendición para el Real Betis Balompié.
Lástima que los verdiblancos no supieran el marcador y volvieran a caer en el mismo error tras el 1-0. Esta vez la felicidad duró algo más de 5 minutos, porque los portugueses volvieron a igualar la contienda en, prácticamente, su único acercamiento a la portería verdiblanca desde el gol. Nelson Oliveira resolvió de la forma que lo hace un delantero centro nato un pase de Joao Mendes y estableció el 2-2.
El golpe moral y los cambios no le sentaron nada bien a los béticos, que perdieron peligrosamente el control del partido. Por suerte, a pesar de algún que otro ataque con peligro de los portugueses, el marcador ya no se movió. Todo queda para decidirse en la vuelta en el feudo portugués. Allí será el todo o nada para el Betis de Manuel Pellegrini en estos octavos de final de la Conference League.
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